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La policía halla desnutrida a una mujer tras año y medio encerrada

Los agentes hablan de "liberación", pero el juez no ve aún indicios contra su pareja

Mónica Ceberio Belaza

Petronila V. salió rumbo a España de Hernandarias, una ciudad del Alto Paraná, en Paraguay, el 24 de mayo de 2006. Tenía 11 hermanos, dos hijas y nada que llevarse a la boca. Cuatro años y medio después la policía la ha encontrado en una casa de un pueblo manchego, Moral de Calatrava, sin apenas haber comido ni bebido en semanas, rodeada de basura y de alimentos putrefactos.

Llevaba al menos un año y medio sin salir y sin hablar con su familia. Está recuperándose, internada en el área de psiquiatría del Hospital General de Ciudad Real. Estos son los hechos contrastados. Lo que ha sucedido en medio es una historia llena de contradicciones, confusa, en la que aún no queda claro si ha sido víctima de un secuestro por parte de su pareja o ella, fruto de una depresión o enfermedad mental, decidió no salir más. El Cuerpo Nacional de Policía ha hablado de "liberación" pero el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha dice que no ha encontrado por el momento indicios de delito.

La mujer está hospitalizada bajo atención psiquiátrica
Sus parientes querían repatriarla pero no tenían dinero para el viaje
"Dejó de llamar, de mandar dinero", cuenta su familia desde Paraguay
Un número de teléfono móvil es la pista que siguieron los agentes

Fue su familia en Paraguay la que dio la voz de alarma de que algo podía estar pasando. "Cuando llegó a España nos llamaba una vez por semana y enviaba dinero a mis papás", recuerda por teléfono su hermano Lorenzo desde Hernandarias. "Nos contó también que había conocido a un hombre y que vivía con él". Él era Lorenzo M., un hombre que tiene ahora 33 años, de Moral de Calatrava, un pueblo de 6.000 habitantes a 43 kilómetros de Ciudad Real. Él se dedicaba a las obras de albañilería, y se fueron a vivir juntos a una casita blanca de dos pisos cerca de la plaza del Ayuntamiento.

"De repente dejó de hablar con nosotros, de llamarnos, de mandar dinero a mis papás", relata su hermano Lorenzo. Eso sucedió hace más o menos un año y medio, según la familia. Los vecinos de Moral de Calatrava también coinciden con este cálculo. Lorenzo, el compañero de Petronila, les llamaba de vez en cuando y les decía que estaba deprimida y que no quería hablar con nadie. "Una vez escuchamos su voz de fondo, gritando 'no voy a hablar, no tengo parientes", cuenta su tía. Una sobrina de la mujer que vive en España, la única familiar que está en el país, también les contó que Petronila estaba deprimida, según afirman su hermano Lorenzo y su tía María Santa. Durante un año y medio no lograron hablar con la mujer, de 35 años, según confirma la familia.

Su hermano Lorenzo decidió acudir a la fiscalía. Se puso en contacto con María Isabel Arnold, agente fiscal de la unidad especializada en trata de personas del Ministerio Público paraguayo, y ella inició las gestiones con España. Proporcionó el número del teléfono móvil del novio. Era la única pista de la que disponían. La Jefatura Superior de Policía de Madrid averiguó que la mujer estaba encerrada en la casa de Moral de Calatrava.

Los agentes fueron a buscarla el pasado 4 de noviembre. Lorenzo, su compañero, fue detenido horas antes en casa de sus padres. A ella la encontraron sola y en un estado desolador. La llevaron al hospital de Valdepeñas y de allí fue trasladada al General de Ciudad Real. Aún no ha hablado con su familia y fuentes del centro sanitario explican que probablemente tenga que estar una larga temporada ingresada y bajo atención psiquiátrica, aunque no informan del diagnóstico porque es confidencial.

"Nosotros llevábamos tiempo queriendo traerla a Paraguay y Lorenzo [el novio, que les llamó para avisarles del arresto y de que había quedado libre bajo fianza, según afirma la tía de Petronila, María Santa] no ponía problemas. Pero no tenemos dinero. Somos muy pobres". En este punto es donde la historia comienza a ser confusa. ¿Lorenzo M. la tuvo secuestrada o todo fue fruto de su depresión? Una vecina relata que él les había contado que Petronila estaba muy mal y que no quería comer ni salir de casa.

Las hijas de la mujer, Daisy y Eliana, de 16 y 13 años, solo esperan poder ver pronto a su madre. "Aquí la cuidaremos bien", dice su tía. "Que la policía española haga su investigación para ver si Lorenzo cometió un delito o no. Nosotros no sabemos, pero sí podemos decir que hablábamos con él a menudo".

Por el momento, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha pide prudencia para evitar que se puedan "anticipar hechos o imputaciones que no se corresponden con la realidad". El juez de instrucción de Valdepeñas ha dejado en libertad a Lorenzo por "no existir, según una valoración provisional, indicios suficientemente fundados de un delito de detención ilegal o de un supuesto de violencia de género". El fiscal no recurrió la decisión. La justicia tendrá que determinar ahora qué sucedió durante ese año y medio de encierro.

Vista de la casa donde la policía localizó a Petronila V.
Vista de la casa donde la policía localizó a Petronila V.EFE

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.
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