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SINGULAR | Domingo Dominguín, acomodador de Las Ventas

"Lo mío es hacer negocios"

Miembro de la familia taurina, representó a Bienvenida y descubrió a José Tomás

Primo de Miguel Bosé. Hijo de Domingo Dominguín. Tío de Fran y Cayetano Rivera y Bimba Bosé. Primo hermano de Carmina y Belén Ordóñez y hermano de Pati Dominguín, casada con Curro Vázquez...

Domingo Dominguín (Madrid, 1949) es otro personaje de esa familia torera y artística tan peculiar. Por sus manos pasaron figuras del toreo, llegó a tener más de 15 plazas de toros en propiedad y gestionó más de 40 entre España y Latinoamérica. Poco a poco se fue desmoronando el imperio, sobre todo tras la pérdida de su padre, y terminó casi en la calle, viviendo en casa de amigos. Ahora, los abonados de la grada del 3 en Las Ventas se han encontrado un portero nuevo, de pelo largo ("porque desde pequeño no he sabido llevarlo de otra manera", matiza) y canoso, sombrero de ala corta y simpatía para regalar. Normalmente, esos puestos en la plaza pasan de padres a hijos, como un regalo o como una condena para sacarse un pequeño extra y no poder hacer nada ningún festivo desde marzo a octubre. En el caso de Domingo tampoco había mucho que hacer...

"En el clan Dominguín sales sin nada, pero te lo pasas muy bien"

La relación con su mítica familia es peculiar. Publicó un libro Dominguines contra Dominguines que "no era ni bueno, ni malo, era solo mi versión de los hechos", valora. Desde entonces sus hermanas no le dirigen la palabra.

"A mi primo Miguel siempre le veo en los funerales o cuestiones así y le digo lo mismo: 'Ay, Miguel, que se me ha olvidado traerme un disco tuyo para que me lo firmes. ¡Y se lo cree!". Habla con cariño de Fran y Cayetano, sus primos, y de Curro Vázquez, marido de su hermana que, a diferencia de ella, sí mantienen un buen trato con él.

"No me quedó otra que hacer lo que hice", confiesa con cara de niño grande. Ese "lo que hice" se sale un poco de los márgenes habituales, al menos en el mundo del toro. Hizo lo que él mismo denomina una performance en la plaza Mayor. Con pancarta y consignas en las que pedía un puesto de trabajo. "No entiendo lo que pasa con las izquierdas de ahora. Luchamos mucho en la clandestinidad, todo el mundo sabe lo mucho que hizo mi padre por el partido comunista, y no me parecía justo no tener ni una oportunidad", se justifica. Su protesta apareció en televisión. Y a partir de ahí gran parte del mundo del toro le dejó de lado, casi escandalizados. A él, sobrino de Luis Miguel Dominguín y nieto del fundador de la dinastía.

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Solo hubo una persona dispuesta a ofrecerle trabajo: José Antonio Martínez Uranga, Choperita, empresario de Las Ventas. "Creo que lo hizo para ponerme a prueba, para ver si aguantaba aquí, sentando gente en la localidad por 200 euros al mes", confiesa, "pensaría que me iba a ir a los cuatro días...". No fue así, y poco a poco se ha ido ganando a los compañeros: "Pasaron de querer denunciarme por enchufao en la hoja sindical a pedirme que les represente ante la empresa".

Carlos Abella, gerente del Centro de Asuntos Taurinos y autor de la biografía de su tío Luis Miguel, le va dando responsabilidades. "Como me gusta el arte, me tienen al cuidado de algunas exposiciones. Ya ves, ando todo el día por la plaza. Voy a terminar como Antoñete, que vivía en ella".

Desde pequeños todos los de su estirpe aprenden a darle vuelos al capote y la muleta. Menos él. "¿Ponerme delante yo? No, ni en broma. Me gusta el ambiente, pero no pasar fatiga, ni miedo. Lo mío es hacer negocios".

Esta temporada le ha servido para mirar más alto: "Esto no ha hecho más que empezar. Hay algún novillero por ahí que me gustaría apoderar, creo que puedo servir de ayuda". Como mánager tuvo en sus manos las carreras del mítico Antonio Bienvenida, Palomo Linares y hasta Antonio Corbacho, el descubridor de José Tomás. Ya puestos no descarta llevar la carrera del menor de la dinastía Olfo Bosé (hermano de la cantante Bimba) últimamente picado por el veneno del toreo.

A Domingo, lo que parece gustarle por encima de todo son las personas, la conversación, sentarse y comentar. El tiempo pasa y sigue relatando cómo su padre salvó una copia de Viridiana de la censura, o cómo crearon La Oportunidad de Vistalegre... Se despide con una advertencia: "A pesar de todo, los Dominguín somos un clan. Si entras en él, sales sin nada, pero te lo pasas muy bien".

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