Mesías y legionarios
- La nación y la Legión. Joan Puigcercós se negó ayer a criticar a Joan Laporta porque es independentista, no porque también se llame Joan. Igual que en la Legión, cuyos miembros se comprometen a socorrer al colega amenazado "con razón o sin ella". Hay otro refrán que explica la conducta: "Entre lobos no se muerden".
- Elogio de la lectura. A todos los candidatos les gusta leer. Lo malo es que leen cosas aburridas: los discursos en una pantallita llamada telepronter. Y la técnica tiene sus riesgos: José Montilla se quedó sin telepronter en el primer mitin. Reinició el programa y la cosa no fue a más, pero entre sus compañeros cundió el pánico. ¡Vaya confianza en la capacidad retórica del candidato!
- Juegos para mayores. Rajoy sabe jugar al billar y al dominó. A falta de otros méritos conocidos, ayer mostró estas capacidades. Sobre todo al dominó: durante una visita a una residencia de la tercera edad, ganó a los ancianos que se le enfrentaron. Lo del billar tenía truco: atacó a una bola (roja), pero se la habían puesto como a Franco los atunes.
- Apuestas. Artur Mas es el favorito de quienes apuestan en Internet. Montilla, el segundo. Entre los mesías (nombre coloquial para los muy minoritarios) Laporta se paga 20 a 1 y Josep Carretero 55 a 1. Joan Herrera (ICV), Alicia Sánchez-Camacho (PP) y Joan Puigcercós (ERC) cotizan los tres 100 a 1. Está luego el partido de Rosa Díez, que dice que ganaría si alguien supiera que se presenta.
- Apoyo exterior. Francesc Antich, presidente del Gobierno balear y socialista, ha prometido apoyo a sus compañeros catalanes: un barco de ensaimadas y sobrasadas. Quiere que los socialistas ganen en peso lo que pierdan en votos.
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