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ELECCIONES CATALANAS | Faltan 15 días

Herrera busca ganarse la 'banlieue'

ICV teme que la derecha xenófoba expulse a la izquierda de sus feudos

Al barrio de la Salut de Badalona y los arrabales de París les separan más de 1.300 kilómetros, pero les une que la derecha con discurso xenófobo se está haciendo con el antiguo electorado del PSUC y del PCF, respectivamente, en beneficio del PP de Xavier García Albiol como antes del ultraderechista Frente Nacional de Jean Marie Le Pen.

Los herederos de aquel PSUC que tuvo en los barrios obreros de La Salut y Llefià un caladero de votos que aupó en 1979 a la alcaldía de Badalona a Màrius Díaz, regresaron ayer al territorio ante 150 personas en el primer mitin clásico de campaña electoral, protagonizado por Joan Herrera, cabeza de lista de ICV, y Jordi Miralles, en representación de EUiA. Y hablaron de inmigración. Miralles, durante buena parte de su intervención, para atizar de lo lindo al PP y advertirle: "Cada vez que vomiten racismo les llevaremos a la fiscalía", como ya hicieron hace unos meses a raíz de los panfletos xenófobos de García Albiol en los que que vinculaba a los rumanos con la delincuencia. Herrera de forma más tangencial, reinterpretando las siglas del PP como "Partit de la Por".

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Entre las 30 propuestas que recoge el programa de la coalición, la referida a la inmigración ocupa el número 28 y destaca en negrita porque propone "promover el aprendizaje y la alfabetización en catalán de la nueva inmigración". "Nos dicen que eso es buenismo", admitió Miralles, "pero quizá es porque existe un malismo", precisó. Juegos de palabras aparte, la realidad es que aquel electorado que fue psuquero se muestra ahora receloso con la nueva inmigración y que la llamada izquierda ecosocialista no verbaliza un discurso alternativo que no pase por descalificar al PP por los réditos electorales que obtiene con su "demagogia xenófoba".

"Los barrios que pueden tener más abstención son los que necesitan votar más", había dicho Herrera por la tarde en una entrevista en Ràdio La Mina, aunque a renglón seguido, cuando se le preguntó por la pérdida de sus electores en barrios populares como ese de Sant Adrià, respondió que "no hay electores de nadie, cada uno es dueño de su voto, no de ningún partido". Seguramente es verdad, pero lo cierto es que en algunos barrios acomodados de Barcelona y de otras poblaciones metropolitanas es donde ICV-EUiA obtiene ahora los mejores resultados. Y los peores, en zonas como La Salut.

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