Soluciones transatlánticas

Es probable que el artefacto que ha diseñado el mexicano Alan Fernández, de 23 años, acabe pronto en alguna macrotienda de muebles suecos. Juguecol es una especie de mecedora para niños construida con seis láminas de madera de pino cortadas a láser, tan ajustadas y pulidas que se pueden montar y desmontar sin tornillos ni clavos y convertirlas en una especie de maleta transportable. Fácil y completamente reciclable, el autor garantiza que la madera de pino de Jalisco que utiliza se ha obtenido respetando "el ambiente, cultura, trabajo y comercio justo" de los involucrados. Le ha quedado tan bien, que se ha llevado uno de los premios Talentos Design que concede la fundación del Banco Santander por segundo año a estudiantes de diseño y cuyos proyectos finalistas estarán expuestos, a partir de hoy y hasta el 8 de diciembre, en la Casa de América de Madrid.

Fernández y el colombiano Breitner Arango (ganador de la categoría digital por el vídeo conceptual Cambio de foco) todavía andan un poco aturdidos con el jet lag. Acaban de llegar de Colombia y México para montar sus proyectos y recibir el premio de sus categorías. Y el camino hasta llegar aquí ha sido largo. Optaron a alguno de los galardones de las cinco categorías (diseño gráfico, industrial, moda, interiores y digital) 1.685 proyectos de toda Iberoamérica. A través de Internet, el público pudo elegir 53 obras para la muestra. Luego, un jurado de profesionales señaló a los cinco ganadores de cada categoría (el premio son 2.500 euros y participar en la muestra). Sobre todos ellos se impuso como triunfadora global Vanesa Moreno, una valenciana que ha montado una web a través de la cual la gente le hace llegar las casetes que ya no usa y ella las devuelve convertidas en una lámpara: se llama Cassette is not dead.

En el apartado de moda se impuso la brasileña Alzira Rodríguez con un vestido de novia hecho con retales de telas. Pero junto a su modelo, estaban ayer el resto de finalistas con propuestas que iban desde vestidos con chapitas de latas de bebidas a un abrigo hecho con filtros de cigarrillos reciclados. Todo ello muy Lady Gaga.

El capítulo del diseño industrial incluía botelleros de piedra de basalto o una bañera para bebés que se reconvierte en tiesto para un pequeño huerto el día en que la criatura alcanza un tamaño demasiado grande. En suma, diseño joven, útil y sostenible.