El alcalde de Vigo asegura que Vulcano recibirá el aval

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, estaba ayer seguro, por la información que recibió del Gobierno central, de que hoy se le concederá a Vulcano el aval de 20 millones de euros que necesita para terminar su principal pedido, el buque sísmico nombrado como el 533. Sin embargo, la Consellería de Industria ignoraba ayer este extremo pese a aportar la mayor parte de la financiación (16,7 millones).

Es una prueba más del enfoque político que ha tenido desde el principio una cuestión que debería haberse resuelto desde el ámbito empresarial y técnico. "Creo que mañana [por hoy] se va dar ese aval y será una magnífica noticia", aseguró el regidor socialista en referencia a la reunión del comité ejecutivo de Pymar prevista para esta tarde.

Pymar, sociedad formada por pequeños y medianos astilleros españoles, por las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, Galicia y Euskadi y el Ministerio de Industria, no soltaba ayer prenda. Ni siquiera el director de Vulcano, José Domínguez, las tenía todas consigo. "Ojalá el alcalde tenga razón, pero tenemos que ser prudentes y esperar a la reunión para verlo firmado", aseguró.

Por la mañana, el conselleiro de Industria, Javier Guerra, exigía en un comunicado una respuesta urgente de la sociedad mixta "para evitar sorpresas desagradables de última hora". Se refería a la propuesta de convenio para desbloquear la operación de financiación del buque que fue remitida por el Gobierno autónomo a Madrid la semana pasada.

Las condiciones

En ese documento se especifican las condiciones del apoyo autonómico al proyecto y las garantías que debe aportar Pymar, de cuatro millones de euros en avales, que se ejecutarían en último lugar para minimizar el riesgo. El convenio debe garantizar que la construcción del buque quede fuera del proceso concursal, de modo que ninguno de los acreedores pueda solicitar que se ejecute el aval para afrontar los pasivos existentes. Ese respaldo financiero es imprescindible para que Vulcano arregle una parte de su crisis, la más inmediata. A su favor tiene una baza importante: el interés de la casa armadora noruega Rieber por hacerse con el barco.

En su contra está la incertidumbre de una suspensión de pagos inevitable tras la liquidación, actualmente en proceso, de su filial asturiana Juliana.