Algunos harán trampa para llegar
Los peregrinos apuran el paso sin saber que hoy no podrán entrar en Santiago
"Cuando Jesucristo viajaba no llevaba tanta escolta", se lamentó el otro día un cura de Triacastela a la uruguaya Lorena Seoane y la catalana Isabel Martínez. Desde entonces, las dos peregrinas no han recibido más que datos alarmantes y aunque la de Sabadell vuela de regreso a casa el domingo a las cinco, han preferido retrasar la llegada a Santiago para no coincidir con el Papa y unas "desmedidas" medidas de seguridad. Ayer, que pasaban por Palas, iban cavilando en las últimas noticias que les dieron en el punto de información de Sarria. "Nos dijeron que, aunque lleguemos el domingo, no vamos a poder conseguir la compostela ni habrá misa del peregrino". Pero no es verdad. Desde la oficina de la rúa do Vilar donde se despachan los certificados del Camino afirman que aunque hoy está cerrada la catedral y "solo se dispensan compostelas hasta las tres de la tarde", mañana todo habrá vuelto a las viejas costumbres.
"El Camino va a estar cortado por seguridad desde las siete de la mañana"
Juan Carlos Curros, jefe de la Agrupación de Protección Civil de Melide, aseguraba ayer que el Camino Francés desde Lavacolla estará cerrado hoy por razones de seguridad "entre las siete de la mañana y las diez de la noche". "La verdad es que estos días me esperaba más peregrinos. Grupos masivos, aquí, solo vi pasar uno, de 33 franceses que caminaban con la Virgen a cuestas. Pensé que se iba a notar más afluencia, pero bajó muchísimo. Hay pocos, y la gran mayoría son extranjeros, como siempre después de septiembre", explica el jefe de los voluntarios que dedican sus horas libres, "sin cobrar un duro", a este servicio. "Lo que sí se ve es que hay muchos que están haciendo etapas más largas, de unos 40 kilómetros, para llegar a tiempo. Aunque, si no llegan hoy [por ayer], mañana en Lavacolla se van a topar con grandes dificultades para seguir adelante".
El jueves hubo una reunión en la que se les explicó con detalle el operativo a los jefes de las agrupaciones de Protección Civil de A Coruña y Pontevedra. Todos los voluntarios de estas dos provincias, 500 personas, fueron trasladados a Santiago hoy de madrugada. "A las 6.30, según el plan, dejamos los coches en el Monte do Gozo y bajamos", explica Curros. "A los de Melide nos toca pasar el día entero en O Obradoiro".
Ante la imposibilidad de llegar a tiempo, y como para algunos lo importante, más que peregrinar, es saludar a Ratzinger. Hay caminantes que han caído en la tentación de cubrir alguno de los tramos finales en bus. Desde Portomarín, y haciendo etapas de 30 kilómetros, avanzaron a pie estos días 80 alumnos adolescentes del colegio madrileño Cumbres del Encinar. No fue una coincidencia, el centro organizó el viaje porque venía Benedicto XVI. "Sí, venimos para ver al Papa", afirman al unísono Natalia, Carolina, María, Rafa y Mar, que se niega a dar el apellido porque en casa le han dicho que la "pueden raptar". "Tampoco acepto pistachos de extraños", añade para más información la quinceañera del norte de Madrid.
Ayer, los jóvenes católicos caminaron, algunos bastante agotados, desde "Arauz" (se referían a Arzúa) hasta el albergue de Ribadiso, donde ya tenían hecha la reserva. Pero hoy, madrugando más de lo normal, cubrieron la siguiente etapa "hasta el monte no sé qué" (Monte do Gozo) en autobús. "Desde allí nos dijeron que ya no tenemos que bajar andando más que cinco kilómetros y llegamos a ver al Papa".
Pero los hay que se niegan a recurrir al transporte motorizado. Luisa Vidal, Mar Martínez, Marisela Portela, Alicia Gasparri, Armando Leirós, Juan Carballo y Luis Vidal, procedentes de Venezuela pero con raíces en Galicia, se valieron del queso de Arzúa con membrillo para avanzar. Alain Verdier, de Versalles, pasaba por la Ulloa repartiendo besos e ilusionado: "Aunque llegue por la tarde, sé que voy a entrar a la misa del Papa".
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