Pastor reclama consenso al PNV en torno al euskera
"Se puede ser 'euskaltzale' y no nacionalista", asegura
El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, salió ayer en respuesta a las acusaciones vertidas por el PNV contra la política lingüística del Gobierno al reclamar "consenso" y afirmar que los socialistas asumen la normalización del euskera por entender que responde a una "voluntad mayoritaria" de los ciudadanos, "no por razones históricas o identitarias". Pastor recalcó en Bilbao, durante un debate en torno a la lengua vasca que "se puede ser euskaldun y euskaltzale sin ser nacionalista".
El dirigente socialista aprovechó la cita para lanzar un recado al PNV, cuya parlamentaria Leire Corrales había dudado un día antes sobre si la política lingüística del Ejecutivo responde a la "inoperancia, a la torpeza, a la holgazanería al odio hacia el euskera o a una mezcolanza de todas". Se refería a la reducción de la financiación de los euskaltegis y de las subvenciones a las ikastolas del País Vasco francés, así como a la paralización del decreto de los derechos lingüísticos de los consumidores y la decisión de no sancionar a los comercios que lo incumplan.
Cultura cree "mal informadas" las acusaciones peneuvistas
El portavoz socialista recordó que las políticas en materia lingüística necesitan del "más amplio consenso" y deploró el intento de algunos sectores del nacionalismo de "apropiarse" del idioma y "descalificar todo aquello que no coincide con sus criterios". "Al euskera le sobran comisarios políticos y le falta aire", subrayó, antes de apostar por "superar las visiones excluyentes" de una lengua que es "patrimonio de la ciudadanía y de todas las sensibilidades políticas".
Pastor presentó un debate en el que también tomaron parte el secretario de Educación y Cultura del PSE, Vicente Reyes, y la viceconsejera de Política Lingüística, Lourdes Auzmendi. Esta última destacó un esfuerzo "ingente" del Gobierno para mantener las subvenciones al euskera en plena crisis que, según lamentó, no han sido capaces de hacer "ninguna de las diputaciones forales", en manos del PNV. Además, matizó que las acusaciones están "mal informadas", ya que el Ejecutivo no va a paralizar ningún decreto, sino sólo el artículo que fija la imposición de sanciones a los comerciantes. "Es el propio euskera el que saldría perjudicado", justificó.
