Una escena en construcción
Itziar Barrio experimenta mezclando el lenguaje del cine y el teatro en la obra 'Los peligros de la obediencia'
¿Tienes capacidad de mentir? La pregunta puso a prueba la capacidad de expresión de los aspirantes a participar en el proyecto que la artista Itziar Barrio (Bilbao, 1976) desarrollará esta semana en el marco del Festival de Teatro y Danza Contemporánea de Bilbao (BAD). Dos actores - Urtza Zuazo y Gabriel Reig- y dos actrices - Izaskun Fernández y Maitane Muruaga- fueron los seleccionados para trabajar bajo las órdenes del director de escena Juanjo Otero en Los peligros de la obediencia.
No se trata de un estreno convencional de una obra de teatro, ni de la grabación de un vídeo, ni de una performance difundida en directo a través de Internet, pero tiene algo de las tres cosas. La obra es un experimento en el que Barrio pone a trabajar bajo el ojo de las cámaras de vídeo a los cuatro intérpretes sin texto previo ni guión para elaborar una escena final. "Es un taller para crear una única escena", explica Barrio. "Es el proceso el que dará lugar al relato con una interrelación de disciplinas".
Una única escena surgirá del trabajo de los actores en cuatro jornadas
El trabajo comenzó ayer en una nave industrial de la Ribera de Deusto, el pabellón Zawp (Zorrozaurre Art Working Progress) y seguirá hasta el próximo viernes. Serán cuatro jornadas con seis horas diarias de trabajo intensivo de actores y equipo de realización, en el que el lenguaje escénico del teatro y el cinematográfico entrarán en diálogo. Tres cámaras de vídeo grabarán todo lo que ocurra mientras el grupo de actores esté reunido, incluso cuando descansen.
La obra no busca espectadores al uso, que paguen su entrada y ocupen una localidad frente al escenario. El proceso de creación de Los peligros de la obediencia estará abierto al público solo hoy y el viernes, a partir de las siete de la tarde. Los peligros de la obediencia también podrá verse en tiempo real a través Internet en la web del BAD (www.badbilbao.com). "El público ejerce el papel de voyeur", indica el director de escena. "Tiene una mirilla para espiar el proceso, pero no le ofrecemos un comienzo ni un momento para el aplauso. Se va antes de que acabe".
Los cuatro intérpretes se reparten los roles del héroe, el villano, el marinero y el soldado. Formarán dos bandos en conflicto guiados por Otero sobre la base teórica de la dirección de actores del Actor?s Studio de Lee Strasberg.
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