Muertos de primera y de segunda
El Ayuntamiento de Valencia recuerda a Nino Bravo y olvida a Peset Aleixandre
A la hora de comer, cuando la gente dejaba el cementerio municipal de Valencia, las lápidas mostraban un rostro juvenil, embellecido por decenas de coronas y ramos de flores. Había otras, sin embargo, que lucían igual de grises que en otros días. Cada uno cuida de sus muertos, parecían decir las rosas; el Ayuntamiento, por tanto, debería cuidar a los suyos, pero no se acordó de todos.
Cuando la comitiva municipal acabó la ronda de homenajes habitual del 1 de noviembre, había quien tenía corona y quien no. Por ejemplo, se eligió al cantante Luis Manuel Ferri, Nino Bravo, pero se olvidó de Juan Peset Aleixandre, antiguo rector de la Universitat de València y diputado republicano por la ciudad; se visitó a las víctimas de la epidemia de cólera que acabó con miles de vidas a finales del siglo XIX, pero ni siquiera se acercó al panteón de los milicianos veteranos de la libertad, un regimiento nacido al amparo de las Cortes de Cádiz a principios del mismo siglo.
Y luego, además de los olvidos, queda la manera de recordar a los agraciados. Cuando llegaron al nicho de Vicente Blasco Ibáñez, el historiador que les acompañaba pronunció unas pocas palabras sobre su figura. Al recordar que Blasco era republicano además de escritor, un integrante del grupo expresó, "bueno, no tanto". Una señora le escuchó y se lo recriminó. Y es que al margen de su importancia literaria, Blasco Ibáñez fue político y republicano. Matías Alonso, coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, reprochaba al Gobierno local su actitud respecto al pasado ilustre de la ciudad. "Ya no es solo lo de Blasco, que parece, por lo que dicen, que no haya sido político; es que pasan de muchos, como Marco Miranda, que fue el primer alcalde republicano de Valencia; además, manipulan la historia". Con esto último se refería al monolito de la fosa común séptima derecha. "Por todos los que murieron por una España que creían mejor", reza la leyenda. "Claro", lamenta Alonso, "así parece que unos lucharon contra otros porque sí, no que parte del Ejército se sublevó en 1936".
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