Los últimos de la fila

El filólogo Jordi Carbonell (Barcelona, 1924) es un histórico del independentismo. Participó en la Assemblea de Catalunya, impulsó Nacionalistes d'Esquerra, dirigió la Gran Enciclopèdia Catalana y fue presidente de Esquerra entre 1996 y 2004, periodo en el que el partido pasó de perderse en turbulencias internas a ser la tercera fuerza en el Parlament con los mejores resultados de su historia. Desde entonces, está retirado de la política, pero sigue apoyando al partido que dirigió, por lo que es un habitual en el último lugar de las listas. "Quiero a ERC, es mi partido", dice contundente, y señala: "Cerrar las listas es un honor. Todos los partidos tienen una figura similar. La cierra Trias, Anna Sallés, Fernández Díaz...". Desde su puesto, confía en poder influir en la campaña como un activo para el partido: "He sido ocho años presidente de ERC, tengo cierto ascendiente sobre la gente". Es un habitual en el 85 de la candidatura, algo que le enorgullece: "Me hace ilusión, me honra y satisface".

Anna Sallés (Labruguiere, Francia, 1940), profesora de Historia Contemporánea en la Autónoma de Barcelona, cierra la lista de Iniciativa. Antigua militante del PSUC, Sallés no está afiliada a ICV, aunque sí se declara votante de la federación. Fue Joan Herrera, el candidato ecosocialista, quien le propuso cerrar la lista por Barcelona, y aceptó. "Tal como están las cosas políticamente, me pareció bien demostrar el compromiso, aunque sea simbólico, contra la ofensiva neoliberal". Hija de un militante del PSUC que fue alcalde de La Garriga y viuda del escritor Manolo Vázquez Montalbán, Sallés, represaliada durante el franquismo, participará en algún acto de la campaña que demuestre su adhesión al proyecto. "Se está siendo injusto con el tripartito. Ha hecho mucho más trabajo del que parece. No digo que las formas hayan sido las más adecuadas; pero, por ejemplo, en sanidad se ha hecho un gran esfuerzo", dice, y acaba con un lamento por "la feroz y sistemática campaña de algunos contra ICV".

Mar Serna (Aguilar de Campoo, Palencia, 1955) ha pasado cuatro años como una de las caras visibles del Gobierno de José Montilla, como consejera de Trabajo. ¿Ir la última en la lista del PSC es un castigo? Al contrario, "es un honor", asegura orgullosa la consejera. "Es un reconocimiento por parte del PSC del trabajo hecho en el Gobierno", dice. Tras muchos años en el mundo laboral (es magistrada, ha asesorado a países latinoamericanos desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en 2004 fue directora general de relaciones laborales), llegó a consejera como independiente y sin pasar por las listas. Pero este año figurará en ellas por deseo de Montilla: "Hablé varias veces con él y me preguntó si me gustaría ir en la candidatura. Le respondí que lo que él me dijera, pero que ser diputada no es mi vocación", explica Serna. Tras prescindir del alcalde, Jordi Hereu, en horas bajas, como último de la fila, Montilla confió en Serna, que coge el relevo con ganas. "Yo le pongo toda la energía para salir diputada con el número 85. ¡Nunca se sabe!".

Político esencial en el PP de Cataluña, el concejal del Ayuntamiento de Barcelona Alberto Fernández Díaz (Barcelona, 1961) estará entre bastidores o en la cocina de la campaña de Alicia Sánchez-Camacho aportando su experiencia. Barcelona es capital para el PP en todos los sentidos: el 40% de sus votos en las autonómicas se recogen en la ciudad y el 60% en la provincia. "La batalla política de Barcelona es clave", dice el candidato a la alcaldía, que cierra la lista para demostrar su compromiso especial con Alicia, que ha renovado de arriba abajo su lista. Curtido en mil batallas y cinco elecciones, cree que los sondeos no yerran cuando auguran el ascenso del PP, que espera ser pareja de baile de CiU.

Pese a la dureza de su discurso sobre inmigración, cree que no perjudicará al PP y se congratula de que haya sido el único partido en contra del referéndum de la Diagonal y haya puesto en la agenda el certificado del "buen inmigrante" y plantear la prohibición del burka.

Francesc de Carreras Serra (Barcelona, 1943), jurista, siempre ha hecho gala de un activismo político que ha plasmado en sus numerosas colaboraciones en medios de comunicación. En 2003, con otros intelectuales, fundó la asociación que motivaría la creación de Ciutadans y ya figuró en el último lugar de las listas en 2006, cuando la formación logró entrar en el Parlament. Para De Carreras, ir el último "significa tener una presencia en el partido, no para salir diputado, sino para apoyar el proyecto", asegura, aunque cree que el ciudadano "no se fija" en el número 85. Su presencia en las listas por segunda vez no es solo testimonial, sino que refuerza la regeneración del partido después de las crisis internas que estuvieron a punto de costar el liderazgo a Albert Rivera. Fue De Carreras quien acudió a socorrer al partido y lo vertebró en torno a su líder. "Estoy para lo que me pidan, para estar en los actos de campaña. Como siempre, ayudaré en lo que pueda a Ciutadans".

Con todo el viento a favor y favorito para conquistar la alcaldía de Barcelona en las municipales de mayo, Xavier Trias (Barcelona, 1946) cierra las listas autonómicas de CiU como en 2006. "Es un puesto simbólico y no creo que nadie se fije ni que sirva de mucho, pero me hace ilusión", dice. "Hemos trabajado mucho en el partido y creo que parte del éxito de Cataluña será gracias al esfuerzo en Barcelona". Dispuesto a hacer piña con Artur Mas encabezando una campaña propia en Barcelona, Trias explica que estos comicios son especiales porque son la antesala de los que pueden acercarle a la alcaldía. "Si esta vez no gano, será por culpa mía. Lo tenemos muy bien y eso es una gran responsabilidad", reflexiona, avisando que no piensa relajarse porque cree que Jordi Hereu batallará hasta el final. Y desmonta con energía la teoría de quienes dicen que una victoria holgada de Mas puede perjudicarle a él en las municipales: "Mi gran desastre sería la reedición del tripartito. Cuanto más fuerte sea un Gobierno de CiU, mejor para mí".