La firma de una víctima de ETA beneficia a Portu y Sarasola

Isaías Carrasco, el ex edil socialista asesinado por ETA en mayo de 2008, firmó cuatro meses antes de su muerte los justificantes del peaje que atravesó en Mondragón (Guipúzcoa) el convoy de la Guardia Civil momentos antes de lograr la detención de los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, autores del atentado en la T-4 de Barajas. El fiscal empleó este tique como prueba en el juicio contra los guardias civiles acusados de torturar a los terroristas.

"Es una circunstancia trágica y paradójica", afirmó el fiscal al referirse al tique expedido por Carrasco, que trabajaba en el peaje. A su juicio, la prueba tiene valor porque en el justificante figuran las 9.50 como hora de paso por ese lugar, lo que en opinión del ministerio público se ajusta mejor a la secuencia horaria dada por los etarras, quienes situaron la detención entre las 10.15 y las 10.30, mientras que los agentes aseguran que la captura fue a las 11.00.

Las defensas consideran "falsas" las denuncias de los terroristas

El fiscal afirmó ayer que los guardias procesados "no dicen la verdad" y que su versión es "cualquier cosa menos creíble". Para justificar esta conclusión, explicó que los justificantes del peaje de regreso, en Zarautz, demuestran que los seis vehículos del convoy -dos camuflados y cuatro Nissan Patrol- pasaron a la misma hora por este punto. Los agentes aseguraron en el juicio que los coches con los detenidos se dirigieron a Intxaurrondo, mientras los todoterrenos se quedaron inspeccionando la zona donde se produjo la captura de Portu y Sarasola.

El fiscal se apoyó en las conclusiones de los médicos forenses que vieron compatibles las lesiones de los arrestados con sus denuncias. Aseguró que las heridas "no proceden de un forcejeo", sino que son el resultado de "una actuación deliberada, sucesiva y hecha de forma unilateral". Tampoco consideró creíble que estos lograran huir cuando estaban rodeados y tras entregar su DNI a los guardias, pudiendo hacerlo antes de ese momento. La fiscalía se ratificó en su petición de condenar a prisión a cuatro de los agentes.

Por su parte, las defensas solicitaron la absolución para los 15 procesados, para lo cual trataron de desmontar todas las pruebas del fiscal. Argumentaron que las lesiones más graves sufridas por Portu, como la fractura de dos costillas por cuatro puntos, y el gran hematoma junto a la axila de Sarasola pueden justificarse en el curso de una detención muy violenta.

Estos letrados calificaron de "falsas" las declaraciones de los etarras, quienes a su juicio convinieron previamente la denuncia por torturas, como habitualmente hacen los miembros de ETA tras su detención, explicaron. También incidieron en que los doctores que examinaron a los detenidos no encontraron lesiones en los genitales, pese a que ambos han denunciado haber recibido apretones en los testículos. El juicio quedó visto para sentencia.