El primer Día Mundial de la Estadística
En su 41ª sesión, celebrada del 23 al 26 de febrero de 2010, la Comisión de Estadística de Naciones Unidas convino en fijar el 20 de octubre de 2010 (20-10-2010) como fecha conmemorativa del primer Día Mundial de la Estadística, haciendo suyos el tema general de Celebración de los numerosos logros de las estadísticas oficiales y los valores básicos de servicio, integridad y profesionalidad. Con ello se pretende contribuir a incrementar la visibilidad y la confianza de la sociedad en la estadística oficial.
Como destaca Paul Cheng, director de la División de Estadística de Naciones Unidas, en su reciente comunicado a los responsables de las oficinas nacionales de estadística, las estadísticas son cruciales para el desarrollo económico y social, contribuyen al progreso de nuestra sociedad, siendo indispensables para la investigación académica y para el desarrollo de las empresas y la sociedad civil. Consideraciones estas que reflejan la relación entre estadística, Estado y democracia, subrayada por muchos autores, como por ejemplo Nikolas Rose, quien inicia su artículo Governing by numbers: Figuring out democracy, publicado en 1991 en la revista Accounting Organization and Society, destacando el poder inconfundible que los números tienen en la cultura política moderna. Por ello no es sorprendente que en sus orígenes, en el siglo XVIII, el término estadística se asocie a la ciencia del Estado.
En nuestros días, las estadísticas oficiales influyen en las decisiones de todos los integrantes de la sociedad
El cambio en el modelo de producción estadística se sustenta en una mayor orientación hacia los intereses de los usuarios
De hecho, las estadísticas son de utilidad para todos los integrantes de nuestra sociedad. Como indican E. Giovannini, J. Oliveira y M. Gamba en su artículo Statistics, knowledge and governance, publicado en 2009 en la revista Statistika, los desarrollos tecnológicos han hecho crecer el colectivo de usuarios que pueden acceder a la información estadística al tiempo que la globalización hace que las necesidades de información no queden exclusivamente restringidas al ámbito gubernamental o político. En nuestros días, las estadísticas oficiales influyen en las decisiones de todos los integrantes de nuestra sociedad. Dichas decisiones están basadas en la evidencia disponible (las estadísticas), pudiendo verse afectadas, por tanto, si medimos mal o si no existe plena confianza en las estadísticas. De ahí la importancia de esta última y de la credibilidad de las estadísticas oficiales.
Para dichos autores, las estadísticas se han desarrollado para ir más allá de lo que los individuos pueden observar a un coste razonable, y hoy día las estadísticas oficiales producidas de acuerdo a unos estándares de calidad y desarrolladas de manera imparcial tienen la consideración de un bien público. Aspectos estos que encajan perfectamente con los valores que se pretende destacar en el primer Día Mundial de la Estadística. La existencia de unos estándares de calidad en la producción estadística oficial se vincula a la profesionalidad; la imparcialidad, a la integridad, y el carácter de bien público, al valor de servicio.
Las estadísticas oficiales deben servir para atender los nuevos retos que se plantea la sociedad, aspecto de especial relevancia en este momento en el que se ha abierto un cierto debate sobre cómo debe abordarse la medición del progreso de las sociedades y acerca del papel del PIB a la hora de medir el bienestar, consideraciones que están presentes en el Informe Stiglitz-Sen-Fitoussi sobre la medición de la actividad económica y el progreso social. El mismo aparece casi simultáneamente con otras iniciativas similares, como son el proyecto de la OCDE Measuring the progress of societies o la comunicación de la Comisión Europea al Consejo y al Parlamento Europeo de título GDP and beyond. Measuring progress in a changing world. Las tres iniciativas centran su interés en valorar qué es lo que debemos medir, es decir, a qué aspectos se les debe prestar especial atención por parte de las oficinas de estadística, tanto en términos de bienestar corriente como de sostenibilidad (el mantenimiento del bienestar corriente a lo largo del tiempo).
El contenido de estos informes es un buen exponente de los retos que en temas de producción estadística puede que deban afrontar las oficinas nacionales en los próximos años. Por otra parte, los cambios en el entorno, que se producen de forma extremadamente rápida, también deberán tener una incidencia en los procesos de producción. Junto a las nuevas necesidades asistimos a una creciente preocupación por la reducción de la carga administrativa que recae sobre los informantes. Tanto a nivel europeo como a nivel nacional se han fijado objetivos de reducción de la mencionada carga que, obviamente, también afecta a la estadística oficial, a pesar de que a nivel de pequeñas y medianas empresas la carga de respuesta a encuestas representa el 1% del total de la carga administrativa que les afecta.
Estamos, pues, en un escenario con dos elementos aparentemente contrapuestos: una creciente demanda para la estadística oficial (tanto a nivel de nuevas operaciones como de un mayor detalle en alguna dimensión) y unos objetivos de reducción de la carga a los informantes. No es fácil afrontar ambas cuestiones en el marco tradicional de producción estadística, que es conocido como el stovepipe model. Este nombre expresa gráficamente un proceso de producción que intenta dar respuesta a cada problema planteado diseñando una operación estadística concreta. Este modelo difícilmente puede compaginar los dos aspectos mencionados anteriormente, dado que la creciente demanda se traduciría en un mayor número de operaciones estadísticas y, consecuentemente, en una mayor carga de respuesta.
Por ello, a pesar de algunas ventajas de este modelo de producción, como la mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a las nuevas necesidades y el menor riesgo frente a posibles problemas en la producción estadística, estamos asistiendo también a propuestas de cambio en el modelo de producción para los próximos años. Cabe destacar la comunicación de 2009 de la Comisión Europea al Consejo y al Parlamento Europeo que tiene por título On the production method of EU statistics: a vision for the next decade.
En dicha comunicación se presenta un modelo de producción integrado que debe permitir abordar de forma más efectiva el tratamiento de las nuevas cuestiones que se plantean, cada vez más de carácter transversal, como en el caso del cambio climático o de la inmigración, sin incrementar la carga de respuesta. Se está planteando implícitamente un cambio en el paradigma profesional en el que se pasa de la recogida de datos como única alternativa para dar respuesta estadística a un problema a la máxima reutilización de los datos existentes aprovechando la complementariedad de las diferentes operaciones. En este contexto desempeñan un papel clave dos elementos: el uso estadístico de los registros administrativos y la utilización de los microdatos de las diferentes fuentes para ser combinados entre sí.
Todo este cambio en el modelo de producción estadística también se sustenta en una mayor orientación de esta hacia los intereses de los usuarios, cada vez más numerosos y heterogéneos. Ello hace que los aspectos de comunicación y difusión adquieran especial relevancia en la actividad de las oficinas nacionales de estadística, haciendo uso intensivo de las nuevas herramientas tecnológicas.
Estamos, pues, en un momento en el que el futuro de la producción estadística está abierto a debate, en el que el proceso de producción está sujeto a un cambio estructural significativo y en el que la comunicación y la difusión deben tener un papel más preponderante en el marco de las actividades de la estadística oficial. De ahí la oportunidad de la celebración de este primer Día Mundial de la Estadística, dedicado a la estadística oficial, que debe servir para renovar y ahondar el compromiso de servicio, integridad y profesionalidad que el desarrollo de esta actividad pública requiere.
Jaume García Villar es presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE).
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