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Reportaje:Información privilegiada | Empresas & sectores

El laberinto del presidente

Los sindicatos no han recibido ninguna señal de diálogo desde la huelga del 29-S

Miguel Ángel Noceda

Pasadas ya más de dos semanas desde la fecha de la huelga general contra la reforma laboral y los cambios previstos en las pensiones, y todavía sin nuevo ministro de Trabajo, no se ha producido ningún movimiento que indique que el Gobierno está dispuesto a recuperar el diálogo con los sindicatos. A estas alturas se esperaba una señal del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque solo fuera el nombramiento del nuevo titular de Trabajo; pero llega el final de la semana sin novedades.

Se ha hablado, durante estos días, de que el actual secretario de la Seguridad Social, Octavio Granado, y el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, podrían haber iniciado ya algún acercamiento en ese sentido. Pero en el entorno de las centrales no se ha percatado ningún movimiento en ese sentido. Ni los secretarios generales de Comisiones Obreras (CC OO), Ignacio Fernández Toxo, y de la Unión General de Trabajadores (UGT), Cándido Méndez, ni otros dirigentes destacados de las centrales han recibido ninguna noticia.

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Es muy posible que en el seno del Ejecutivo algunos pesos pesados hayan subrayado la conveniencia de entablar contactos que, al menos, calmen algo las aguas revueltas. Pero también lo es que otros no lo consideren prioritario, sobre todo, teniendo en cuenta que difícilmente el Gobierno va a dar el brazo a torcer siquiera en alguna de las peticiones que reivindicaron en la huelga del 29-S de modificar la reforma laboral o cambiar el tiro en la reforma de las pensiones, en lo referente al alargamiento de la edad de jubilación de 65 a 67 años y del periodo de cálculo de las pensiones de 15 a 20 años.

Por su parte, los sindicatos no piensan mover un dedo a favor si el Ejecutivo no da visos de variación tanto en las reformas como en las peticiones de ajustes fiscales. Su apuesta en la huelga fue fuerte y no van a cambiar. Entre otras cosas, porque la respuesta para ellos fue satisfactoria pese a las impresiones contrarias del Ejecutivo. "Nunca he visto que una huelga que haya fracasado haya tenido tanto impacto en la población, cuando el 70% está en desacuerdo con la reforma laboral y el mismo porcentaje se opone a las modificaciones del sistema de pensiones tanto en la forma como en el fondo", aseguran fuentes sindicales.

Los sindicatos están acostumbrados a ser pacientes y esa es la actitud que van a mantener ahora. Ya en la huelga contra la reforma del Gobierno del PP en 2002 contemplaron cómo hubo cambio de ministro (Eduardo Zaplana sustituyó a Juan Carlos Aparicio) dando como resultado la retirada de ocho de los nueve puntos de la reforma (todos menos el despido exprés).

La deriva que ha adquirido todo este asunto no está muy controlada y, según fuentes políticas, el Gobierno no sabe cómo salir de la ratonera. Hasta el viernes se esperaba que el nombramiento del nuevo ministro de Trabajo despejara algunas incógnitas, al menos se veía como una disculpa para retrasar cualquier tipo de contacto; pero no está siendo así.

En estos días no se han dejado de barajar posibles sustitutos de Celestino Corbacho, entre ellos los citados como interlocutores con los sindicatos (Zarrías, un hombre de la máxima confianza de Manuel Chaves, y Granado, que lleva tiempo batiéndose el cobre en la Seguridad Social y como responsable de Economía del PSOE). Incluso de que el propio Chaves podría integrarlo en un gran ministerio con otras responsabilidades. Pero parece que ha habido una inesperada resistencia a ser ministro de Trabajo por la razón de que es difícil asumir un cargo con las cartas ya marcadas de antemano y, por tanto, con escasa capacidad de maniobra.

Mientras, Corbacho está deseando dejar el despacho de Nuevos Ministerios para trasladarse a Cataluña a aportar lo que pueda en la precampaña electoral, pero sobre todo para alejarse del tormento que le ha supuesto los dos años que lleva en el departamento. Corbacho se ha confesado con algún allegado, y con otros que no lo son tanto, y se ha lamentado de la mala etapa que le ha tocado vivir y le va a hacer pasar al cuadro de ministros con la lacra del aumento del paro a más del 20% y la ruptura con los sindicatos.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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