Perez Hilton hace penitencia
El famoso 'bloguero' se arrepiente ahora de sus insultos y ataques a los famosos - Su web, que recibe 2,6 millones de visitas al mes, será más suave
Ante la reciente oleada de ataques homófobos y suicidios de adolescentes acosados en los institutos, sobre todo instigados por mensajes discriminatorios a través de la Red, la autoproclamada reina de todos los medios, el bloguero Perez Hilton ha decidido dejar los insultos de lado. Los ha utilizado durante mucho tiempo, casi desde que comenzó en el negocio de los blogs, en 2005. Su pequeño imperio mediático se ha expandido más allá de su blog, PerezHilton.com, a otras páginas como CocoPerez.com o TeddyHilton.com.
De hecho, Perez ha hecho del insulto -ingenioso y cómico, pero insulto al fin y al cabo- un exitoso negocio. Nunca más. "Ya no quiero ser malicioso o dañino", ha dicho. Y, de momento, está cumpliendo.
"He dicho cosas que han herido. ya no quiero ser malicioso o dañino", asegura
Ha habido en ee uu un debate sobre qué límites ha transgredido
"Quiero ser parte de la solución, y no parte del problema", dijo en un vídeo colgado en la web de YouTube el pasado miércoles. "Ha habido gente que ha dicho que soy uno de los mayores acosadores que existen. Y hay algo de verdad en ello. He dicho cosas, en mi página web, que han herido a ciertas personas. Yo no me veo como un acosador. Mi web ha estado funcionando durante seis años y en el pasado justificaba esas cosas porque eran cómicas, porque era humor, porque hablaba de famosos. Pero ya no me quiero seguir justificando".
Perez ha hecho penitencia. Dice que ha madurado. A sus 32 años, este joven cubanoamericano abiertamente gay, cuyo verdadero nombre es Mario Armando Lavandeira, ha dicho incluso que quiere ser padre. Y ha visto con horror cómo Estados Unidos vive un aumento de los suicidios de adolescentes y jóvenes acosados por ser homosexuales, como el del joven Tyler Clementi, que murió ahogado tras saltar al río Hudson en Nueva Jersey a finales del mes pasado.
Ante tanta negatividad, Perez quiere que su blog, que según comScore recibe 2,6 millones de visitas únicas al mes, sea un elemento pacificador.
Durante años, ha habido un debate en los medios de Estados Unidos sobre qué límites ha transgredido Perez Hilton, si es que ha transgredido alguno. Escribe siempre sobre personajes públicos. Es una industria en sí mismo, una gran maquinaria de hacer dinero a costa de desvelar las intimidades de los famosos. Una voz influyente, capaz de encumbrar o lastrar carreras artísticas.
Su rutina favorita era escribir epítetos con una caligrafía casi infantil sobre las fotos de los famosos. Durante años ha llamado a la actriz Sienna Miller Slutienna, añadiendo la palabra slut (zorra, en inglés) ante su nombre de pila. A Jennifer Aniston la llamaba Maniston, jugando con el término man (hombre) por sus supuestos modos masculinos. En fotografías de la descarriada Lindsay Lohan, decía: "A ella solo le gusta la coca". A la hija de Demi Moore y Bruce Willis, Rumer, la llamaba "cabeza de patata".
A homosexuales como Lance Bass, ex miembro del grupo 'N Sync, les ayudó a salir del armario, casi a la fuerza. Y, según solía decir, lo hacía en aras de un bien común: que la homosexualidad no fuera tabú.
En 2006 declaró Perez a Access Hollywood: "Me molesta que la gente piense que lo que hago está mal. No creo que sea una cosa mala. Si sabes que algo es cierto, ¿por qué no informar de ello? ¿Por qué debe ser un tabú?". Y de hecho, otros famosos a los que ayudó a salir del armario, como Neil Patrick Harris (el doctor Doogie Houser en la serie de los años ochenta Un médico precoz), viven ahora momentos de gloria y fama propiciados en parte por su aparición en todas las portadas de revistas gais.
En su blog se notan ahora los nuevos modos. Ya no hay fotos retocadas burdamente, aquellas instantáneas a las que añadía penes o restos de cocaína saliendo de las narices de los famosos. Cuando debe criticar a alguien como Michelle McGee (la misma que sedujo al marido de Sandra Bullock), que ha dicho que no se arrepiente de sus actos, ya no usa insultos. Se limita a llamarla "sinvergüenza". Es un primer paso, pequeño para Internet, gigante para Perez.
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