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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Vidas cruzadas

Tal vez la anécdota con la que arranca esta primera novela de Pilar Quintana lleve a algunos a pensar en Sin tetas no hay paraíso, el best seller de Gustavo Bolívar que ha triunfado también como serie de televisión. Sin embargo, dejando a un lado la anécdota común de la muchacha que se implanta prótesis de silicona para convertirse en la querida de un capo, y que los dos libros documentan la intrahistoria de una sociedad regida por el narcotráfico, las diferencias saltan a la vista. Ambientada en Cali, la novela de Quintana narra el encuentro de dos jóvenes: la Flaca Estrellita, hija natural de una modista a quien un mafioso de segundo orden pone pechos y un piso, y el Mono Estrada, un tipo feo de familia bien. Sin embargo, lo que en un primer momento parece un coito esporádico reaviva antiguas pasiones en ambos y empuja al narrador a hacer inventario de sus vidas. Por ello la historia va más allá del encuentro entre dos coleccionistas de polvos raros, como los describe el título, y más allá del ascenso de una trepadora social. También trasciende la rivalidad entre el Mono y su amigo Aurelio, el seductor que le usurpa todas las mujeres, incluida Estrellita. La novela va más allá porque socialmente refleja el encuentro de dos ciudades, la de arriba y la de abajo, la rica y la pobre, con sus urbanismos y sus áreas de intersección geográfica y humana. Y sobre todo porque refleja la necesidad moral de dignificarse o de justificarse por el amor que, como decían los antiguos, todo lo vence. En una ciudad donde los cheques procedentes del narcotráfico pasan de mano en mano sin encontrar quien los blanquee, el sexo en cualquiera de sus formas parece lavado con Ariel. Formalmente, la novela se articula en breves secuencias que despliegan un repertorio de recursos impresionante, desde los juegos con los tiempos verbales hasta los cambios de una tercera persona omnisciente al monólogo interior, y desde algunos vertiginosos saltos temporales hasta esa forma modesta y contundente de resolver las intrigas. La trama principal, sin embargo, queda en suspenso, como si se hubiese quedado pequeña para una prosa de un virtuosismo tan fuera de lo común, o como si fuese irrelevante frente a los problemas de una sociedad que busca renunciar al dinero fácil y a una opulencia de cartón piedra, y no sabe cómo hacerlo.

Coleccionistas de polvos raros

Pilar Quintana

El Aleph / El Cobre. Barcelona, 2010

230 páginas. 19 euros

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