Toros para valientes
La afición despidió a los matadores con palmas. La afición, tan denostada siempre por el taurinismo, no solo tuvo sensibilidad con Juan Mora hace un par de semanas como cantan los revisteros. La plaza tiene una máquina de la verdad dentro. Cuando detecta que lo que sucede en el ruedo es sincero, es la plaza más fácil del mundo.
Por eso se entregó nada más ver a Morante en el callejón, dando calor a su amigo El Conde. ¡Qué diferencia! Cuando los toreros españoles van a México matan las mejores divisas y alternan en los mejores carteles. Cuando los aztecas osan hacer campañas en España sucede al contrario. Los peores carteles con lo que nadie quiere. Los tiran a la piscina y si flotan pueden aspirar a algo más.
FRAILE / EL CONDE, LUIS VILCHES, EDUARDO GALLO
Toros de Juan Luis Fraile.
Alfredo Ríos El Conde: debutaba y confirmó alternativa; palmas tras aviso y ovación con saludos.
Luis Vilches: silencio tras aviso y silencio.
Eduardo Gallo: palmas tras aviso y ovación con saludos.
Plaza de Las Ventas. Un cuarto de plaza cubierto.
El Conde se sobrepuso y supo lidiar al fiero primer toro. No daba sensación de graciliano, sino de cualquier cosa nacida de las manos de un doctor Frankenstein. Aun así, enseñó a embestir por bajo al toro. Tuvo valor para sacar dos tandas de naturales abrochadas con un farol y un pase de pecho. Se la jugó sin miramiento con el cuarto, un toro que se empleó en el caballo y llegó con dudas y miradas a los muslos del toro durante la faena de muleta.
La verdadera emoción llegó con el sexto, un buey con dos velas paran hacerse un perchero y dejar el abrigo, bastón y sombrero. Las astas llegaban por encima de la barrera. Se paró bajo el 7 de salida como si supiera que esa era su pasarela. Eduardo Galló recordó a aquel novillero con sitio y temple. Estuvo valiente, técnico, y muy valiente. Mejora este torero charro apeado del circuito. Se gustó en los naturales al tercero, un toro que duró poco, pero supo dar distancia y tiempo entre tanda y tanda. El peor parado en el sorteo fue el sevillano Luis Vilches, pero no por ello fue infiel a su manera de entender el toreo. Mejorable con el estoque pero con gusto, cuidando las formas.
Hacen falta más toreros que den la cara como la terna de ayer.
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