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UGT, CIG y CC OO se disputan tras la huelga el liderazgo sindical

Los nacionalistas pierden por ahora el segundo puesto en número de delegados

María Fernández

La carrera electoral ha comenzado para los sindicalistas. Desde ahora y hasta marzo del año que viene se renovarán el 80% de los 21.000 delegados con los que cuentan empresas y administraciones gallegas en un escenario marcado por el aumento descontrolado del paro (en septiembre creció hasta las 216.000 personas , un 16%, según la Encuesta de Población Activa) y la amenaza de serios problemas en sectores estratégicos, como el naval y el energético. Al final de 2009, A Coruña era la provincia con más representantes, 8.591 designados, seguida de Pontevedra (7.698), Lugo (2.432) y Ourense, con 2.285. Además de actualizar la composición de los comités, el cómputo que se haga el 31 de diciembre de 2011 servirá como referencia para determinar las mesas negociadoras de convenios y la representación frente a las Administraciones para terciar en cualquier negociación. También para recibir ayudas públicas.

La central nacionalista aspira a ser la primera de Galicia
El conflicto en el naval marcará los comicios en el sector del metal

En el último periodo de concentración de elecciones (2006-2007), UGT refrendó su posición como primera fuerza en Galicia, -lo es desde 1986-, y la central nacionalista CIG arrebató por primera vez a Comisiones Obreras la segunda posición por un estrecho margen de 40 representantes. Por aquél entonces, Suso Seixo, su secretario general, lo interpretó como el respaldo al "modelo sindical diferente, de base nacionalista, reivindicativo, participativo e independiente del poder".

El BNG, su espejo político, llevaba dos años formando parte del Gobierno gallego. Los socios del PSdeG en el bipartito, al mando de las consellerías de Traballo y Economía, no consiguieron que la central firmase los principales acuerdos del diálogo social como el Pacto pola competitividade, que sí apoyaron UGT y Comisiones.

La crisis llegó con una fuerza arrolladora, y con ella los Expedientes de Regulación de Empleo en cascada, las suspensiones de pagos y la congelación de los salarios en el sector público. La respuesta sindical de las centrales gallegas no fue la misma. "CIG apostó por anteponer el conflicto a la negociación", critican dirigentes de CC OO y UGT que no quieren dar nombres. "Una cosa es que en la calle hagan más ruido y otra que realmente esa presencia se extienda. Le dieron mucha importancia a las últimas elecciones y en realidad, Comisiones está en un permanente empate técnico con los nacionalistas", analizan. La CIG les devuelve la pelota echándoles en cara que hayan firmado (tanto con el bipartito como con el PP, y a pocas semanas de la huelga general) los acuerdos del diálogo social en un contexto de desempleo galopante. El presidente de la Xunta, por cierto, no pierde ocasión para presumir de ello.

En cuanto al futuro, UGT espera revalidar en 2011 su papel como la primera fuerza de Galicia. La segunda posición está mucho más disputada, porque CC OO ha vuelto a rebasar a CIG (en septiembre tenía 321 representantes más, según sus propios datos). Detrás, a mucha distancia, se colocarán la Unión Sindical Obrera, el sindicato CSIF (funcionarios), CG y FETICO (comercio) y FSIE (enseñanza), que en el último periodo de cómputo obtuvieron entre 100 y 450 delegados.

"Donde nos jugamos todo es ahora", advierte con sorna deportiva Elvira Patiño (CIG). "Nuestra evolución es muy buena, por eso no solo aspiramos a ser segundos, queremos ser la primera fuerza sindical de Galicia". En términos parecidos, pero sin eludir a clasificaciones, se expresa Daniel Costas, secretario de acción sindical de CC OO, que habla de "una mejora global", en sus posiciones para "vehiculizar" el descontento que, según él, expresó la clase trabajadora el pasado 29 de septiembre en la huelga general.

Irene Martínez, secretaria de organización de UGT, cree que su formación va a seguir contando con el respaldo que recibe desde hace un cuarto de siglo. "Se refleja en nuestra implantación territorial, ya que somos los primeros en 10 de las 15 comarcas (A Coruña, Barbanza, Compostela, Cee, Lugo, Lemos, Valdeorras, Ourense, Deza y Arousa) y en todas las provincias gallegas excepto en Pontevedra", analiza.

El pistoletazo de salida lo darán las elecciones sindicales en la planta viguesa de Citroën, que se celebran el próximo día 29. Unos 8.000 trabajadores están llamados a las urnas. Desde siempre, quien lleva la voz cantante en la factoría es el Sindicato Independiente de Trabajadores, que mantiene hace 28 años la mayoría absoluta (tiene 23 de los 41 delegados), pero UGT ha comenzado a recortar distancias tras aplicar una política que defiende los mecanismos de flexibilidad para compensar los altibajos en la producción. También CC OO y CIG esperan arañar delegados en la planta que presume de ser la única del automóvil en España que no ha aplicado un ERE durante la crisis, salvo para prejubilar al personal de administración.

Otras elecciones sensibles que están al caer son las del metal, que aglutina toda la industria naval, la de bancos y cajas, los grandes almacenes y la enseñanza pública.

A por la empresa 'blanca'

La depresión económica ha llegado hasta el último rincón de las páginas amarillas. En realidad, muchas de las empresas que renovaron representantes en el periodo 2006-2007 o bien no existen o han recortado plantilla, como ocurre en gran parte del sector de la construcción y la promoción inmobiliaria. "Esto se ve compensado por la incorporación de nuevas sociedades que nunca hicieron elecciones", recuerda Irene Martínez, de UGT.

Son las llamadas "empresas blancas". Y no son pocas. En lo que va de año, el 35% de los comicios sindicales se llevaron a cabo en nuevas pymes, que celebraron 62 procesos más que en el mismo periodo del anterior cuatrienio y añadieron casi 200 delegados. Los sindicatos admiten que las han trabajado "a fondo" para conseguir nuevos votantes.

Pero representatividad sindical no lleva aparejada la afiliación. Según un reciente estudio elaborado por Pere J. Beneyto, de la Universidad de Valencia, para la fundación Primero de Mayo de CC OO, la tasa de representación sindical sobre el total de la población asalariada está en Galicia en el 53%, ligeramente por encima de la media nacional. Ya no quedan delegados "no afiliados" (en 1978 llegaban al 30%). Los 21.000 designados actualmente amparan a 457.489 trabajadores. Todo ello ocurre, según Beneyto, "pese a la campaña de deslegitimación contra las centrales promovida por la derecha y sus terminales mediáticas". Coincide el economista Manuel Lago Peñas: "El mapa sindical gallego está absolutamente consolidado". La prueba está en que el 90% de los que se quedan sin trabajo acuden al servicio jurídico de un sindicato.

Las tasas de afiliación son mucho menores, y rondan el 20%, "pero subiendo", apuntan desde CIG. "Somos la primera fuerza en afiliación, con cerca de 80.000", informan.

Los últimos datos disponibles de UGT hablan de 70.810 personas que están al día en el pago de la cuota, son 2.500 más que antes de que comenzase la crisis. Emilio Fernández, responsable de afiliación de Comisiones, asegura que, con 59.107 recibos al día, este año ha sido positivo en ese aspecto. La cuota general ronda en los tres casos los 10 euros mensuales para tener derecho a todos los servicios, aunque los parados y los jubilados disfrutan de precios reducidos.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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