Tan preparados
Empiezo a estar un poco harto de la serie de reseñas funerarias, perdón, de artículos, sobre la cuasi mística generación tan desaprovechada, engañada, estafada, y no sé cuántas otras cosas más.
A mí, mis padres también me recomendaron estudiar una carrera. Y estudié una ingeniería de las más duras. Y cuando acabé, no vinieron a buscarme con limusina para darme un cargo de ejecutivo en una multinacional.
Tuve que empezar de becario ganando el equivalente a 230 euros al mes. Pero en vez de echar la culpa de ello a todo lo que me rodea, apliqué esfuerzo y dedicación. Trabajé, sí, ya se hacía antes, más horas que el reloj. Ahora no soy rico, pero tampoco me quejo por ello.
Los (pre)parados me han hecho sentir culpable de que hayan podido estudiar en universidades con las que yo no soñé, con becas que no existían en mis tiempos y mantenidos por sus padres, sin necesidad de trabajar durante la carrera. Por favor, echemos una mirada atrás. Hace "cuatro días" éramos un país en vías de desarrollo. Miremos dónde hemos llegado y dejemos de llorar.
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