Los socialistas, pendientes de Sevilla
Zapatero y Griñán abren la campaña municipal y piden a los candidatos mucha calle y movilización - La capital andaluza es la mayor preocupación electoral
Al PSOE no se le dan bien las elecciones municipales y eso que resulta ser el más votado en el conjunto de Andalucía. Desde que en 1995 perdieran en las capitales de provincia, los socialistas no han vuelto a dar en la tecla en las zonas urbanas ni con sus candidatos ni con la estrategia de erosión a los alcaldes del Partido Popular, muy consolidados en sus Ayuntamientos. Como siempre que se produce una convocatoria electoral, el principal adversario del PSOE es la abstención, de ahí que los líderes socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y José Antonio Griñán exigieran ayer a los aspirantes en los municipios de más de 50.000 habitantes cercanía con los ciudadanos y movilización, mucha movilización. El acto diseñado por la ejecutiva federal se celebró en el muelle de las Delicias de Sevilla bajo un sol casi de agosto.
Zapatero asegura que el triunfo del PP en Andalucía sería "un milagro"
Los socialistas reivindican sus políticas pese a "los sacrificios"
La campaña electoral socialista arrancó en el mes de julio con el calendario de nominación de candidatos. Todos los de más de 50.000 habitantes están designados (salvo el de Motril) y ahora les toca pico y pala durante los próximos ocho meses, un tiempo demasiado corto para que algunos de ellos, muchos sin acta de concejal, se den a conocer entre sus ciudadanos.
Las esperanzas electorales del PSOE en las grandes capitales son modestas y se centran en mantener la alcaldía de Jaén, con Carmen Peñalver -quien aconsejó a los candidatos que la "suerte les coja trabajando"- y, sobre todo, conservar la de Sevilla. Es la que más les preocupa a los socialistas, después de tres mandatos consecutivos con el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín como alcalde. Este no repetirá y a él se refirieron con aprecio tanto Zapatero como Griñán y su sustituto al frente de la candidatura socialista a la alcaldía, Juan Espadas.
Sevilla ha sido desde siempre la capital emblema del PSOE y la pérdida del gobierno local sería un auténtico mazazo. "Sevilla le ha dado muchas jornadas de gloria a este partido", reconoció Espadas, quien fue el primero en advertir desde la tribuna el principal riesgo del PSOE: que el votante socialista "se quede en casa y con su abstención" permita que gane la derecha.
Espadas es probablemente el candidato que más presión añadida va a sentir. Su misión como la del resto de los 11 aspirantes de las ciudades de más de 50.000 habitantes donde el PSOE gobierna es revalidar el triunfo, mientras que al resto lo que se les exige es permanecer en la oposición y consolidarse como alternativa. La campaña de Espadas ya está preocupando a algunos dirigentes por su falta de proyección social, ya que hasta ahora se está centrando en las agrupaciones socialistas. De ahí que haya un debate sobre si es necesario que ocupe un cargo institucional, como el de senador, lo que obligaría a uno de los tres varones que se sientan en la Cámara Alta en representación de la comunidad a ceder su sillón.
Por supuesto, el objetivo central del PSOE es seguir siendo el partido más votado en Andalucía. Zapatero, como ya dijera en febrero de este año en Málaga, no se cree las encuestas que vaticinan un triunfo electoral del PP en Andalucía y considera esa hipótesis como "un milagro" porque, entre otras razones, "Andalucía sigue siendo de izquierdas". Su receta para ganar las elecciones es hacer calle y "escuchar más que nunca a los ciudadanos".
Con otras palabras, José Antonio Griñán, quien tiene previsto echarse la campaña a la espalda, la primera como secretario general del PSOE andaluz, reclamó "unidad, movilización social, argumentos y mucho trabajo". Griñán también se la juega en estas elecciones en el caso de de que la derecha supere por primera vez a los socialistas en el cómputo general de votos en Andalucía. Pero para Griñán la campaña de las elecciones municipales es una oportunidad para reivindicar la política y las políticas del PSOE, también en este periodo de crisis económica con reformas necesarias que implican sacrificios. "No somos quijotes, aunque a veces nos vean y nos veamos así", dijo el presidente andaluz, quien reprochó al PP el "aliarse con la crisis para sacar rédito electoral".
De todos los alcaldes populares, Griñán se mostró especialmente agrio con el de Málaga, el popular Francisco de la Torre. Le reprochó el preferir las fotos, "el lamento y el enfrentamiento institucional", mientras los Gobiernos socialistas le "hacen el trabajo". "¿Qué puñetas hacía mientras le llevábamos el AVE, el metro, el Museo Picasso o la Ciudad de la Justicia? Protestar".
Presupuestos "sociales"
José Luis Rodríguez Zapatero defendió ayer en Sevilla la apuesta social de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en la crisis más grave del último medio siglo, los "más decisivos y necesarios" casi de la historia, al tiempo que conminó a los candidatos de su partido a estar en la calle, acercarse a la gente y explicar que es el PSOE quien va a sacar al país adelante. "Ha dicho [Rajoy] que estos Presupuestos son deprimentes, pero no, lo que le deprime a Rajoy es que haya Presupuestos, porque lo que quería es que no los hubiera", señaló.
En el acto de ayer, no hubo lugar para las reivindicaciones por parte del Gobierno andaluz. Tensiones por parte de la Junta las ha habido; quejas, también, pero más por la falta de comunicación y coordinación. Ayer, por supuesto, no era el día, sobre todo porque en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado se ha cumplido con lo que dispone el Estatuto de Autonomía de consignar inversiones con un peso igual al de la población andaluza.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, aseguró que Zapatero "sabe escuchar" a Andalucía, el principal sostén electoral del PSOE, de ahí que no se hayan paralizado obras de infraestructuras que él considera claves para la comunidad. "Solo hemos pedido lo que nos corresponde; ningún privilegio, ni nuestro ni de nadie", enfatizó.
Zapatero presumió de que las cuentas del Estado para el próximo año computan "más inversiones para Andalucía que ninguna otra comunidad y hasta el doble" de las partidas consignadas durante los ocho años de los gobiernos de Aznar. Y se revolvió contra los líderes del PP Mariano Rajoy y Javier Arenas -"perdedores natos", los describió- porque "no tienen legitimidad para criticar lo que ellos no hicieron".
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