El Soho de Gijón
El centro de la ciudad asturiana se ha llenado de tiendas únicas. Las han abierto jóvenes talentos que han regresado a su ciudad
Una coqueta perfumería que podría estar en el barrio parisiense de Le Marais; una boutique que parece sacada de las calles de Copenhague o un espacio de decoración vintage que no desentonaría en el Soho neoyorquino o londinense. En los últimos dos años, el centro de Gijón ha visto aparecer una serie de tiendas que, por sus propuestas y estética, encajan a la perfección en la onda urbanita, divertida y moderna de cualquier capital europea. Desde diseños suecos a sombreros japoneses, pasando por piezas de Balenciaga de los años sesenta. Una oferta que hace que merezca la pena recorrer esta ciudad asturiana de 300.000 habitantes de tienda en tienda y no solo de sidrería en sidrería (aunque también). Las tarjetas de crédito quedan advertidas.
La ruta por esta nueva generación de comercios comienza en la calle Libertad, paralela a la calle Corrida, arteria principal de Gijón. Allí, en el número 2 se encuentra la tienda de cosméticos Elle est belle, un espacio romántico y retro ideado por la diseñadora de interiores Irene Bas y la ilustradora Marta Botas, autora junto a Luis Piedrahita del cuento Diario de una pulga. Sobre las estanterías del local, una selección de marcas que, como explica su propietaria, Patricia Paredes, busca diferenciarse por su exclusividad: firmas de maquillaje como Ellis Faas, los cosméticos Ren Y Absolution, las fragancias de Juliette has a gun o los productos capilares del peluquero francés Christophe Robin, uno de los mejores. Elle est belle es la única tienda en España que los distribuye y a través de su web (www.ellestbelle.es) los vende como rosquillas a toda España.
A dos minutos andando, en la calle León, 1, está La Florería. Su propietaria, Inés Mongeón, formó parte del equipo de floristas del hotel Arts de Barcelona. Hace tres años, su marido consiguió trabajo en Asturias y la familia se trasladó a Gijón. En su pequeño negocio, Mongeón apuesta por creaciones vanguardistas y exquisitas, con material autóctono y también traído de Holanda, y precios ajustados: "Si se sube tanto la factura de las flores, se cierra el mercado y así es imposible que la gente se aficione y vaya formándose", explica. Una teoría que le da sus frutos. Mongeón sabe como fidelizar a su clientela. "Nunca tiro el material. Si un día me sobra algo o veo que se va a estropear, se lo regalo a la gente que viene a comprar". Sus adornos florales para bodas son famosos en la ciudad.
Javier Candás regresó a la ciudad por la crisis. Hace cinco años, mientras estudiaba diseño en Barcelona, creó la firma Sequel (www.sequeldenim.com), especializada en prendas básicas y vaqueros. En 2007 abrió una tienda en Madrid, en la calle del Pez. Las cosas no fueron tan bien como esperaban y el año pasado decidió volver a Gijón (calle del Instituto, 33), donde se encuentra el taller que fabrica la colección para la marca. En los últimos meses ha dado un giro a su modelo de negocio y ahora triunfa con un servicio de camisería y sastrería a medida. Tanto, que ya proyecta abrir una sucursal de Sequel en Oviedo. El cantante Nacho Vegas y el actor Arturo Fernández son clientes. Dos de los artistas más conocidos (y antagónicos) de Gijón, unidos por el buen patronaje y la mejor relación calidad-precio (un traje cuesta entre 400 y 800 euros). La ropa de hombre comparte espacio y perchas con firmas femeninas como Oh Ola y Virgine Castaway.
En el mismo portal que Sequel se encuentra La Troupe (www.latroupegijon.blogspot.com). La propietaria de esta coqueta boutique, Lucía García Antuña, estudió sombrerería con Charo Iglesias, una de las diseñadoras de tocados más interesantes, colaboradora de Roberto Torretta y Elio Berhanyer, entre otros diseñadores. En 2006 García Antuña fundó Años luz, una firma de bisutería que se distribuye en varias tiendas nacionales, como la madrileña Biscuit. Su gusto, entre bohemio y afrancesado, se refleja en su colección de tocados (a partir de 65 euros), diademas, collares y pulseras, que, reconoce, se venden cada vez mejor. Piezas que conviven con una delicada selección de marcas de ropa, mayoritariamente parisienses: Gat Rimon, Sunco, See you soon... Un auténtico hallazgo para chicas que gustan de mostrarse femeninas sin caer en la ñoñería.
Para seguir adornando la cabeza, solo hay que trasladarse a la calle paralela. La sombrerería (La Merced, 32), que abrió hace apenas un año, ofrece guantes, abanicos, bastones y, sobre todo, sombreros "que van desde lo más clásico a lo más glamouroso". Así los describe Celia Álvarez, dueña de esta tienda y también de La Ola (San Bernardo, 20), pionera entre las boutiques vanguardistas de Gijón (un espacio donde encontrar desde la última colección de la joyera Helena Rohner hasta la línea de utensilios de cocina diseñada por Ferrán Adriá).
Segunda mano limpita
Justo enfrente de La Sombrerería, en el número 25 de la calle de La Merded, está la tienda vintage LaTwin. Jon Álvarez y Cristina Suárez vivían en Madrid y querían abrir allí su negocio, pero el mercado de segunda mano en la capital estaba muy saturado. Así que decidieron volverse a Asturias y empezar su aventura en Gijón. Para esta temporada, la pareja ha elegido una a una las prendas en los mercados londinenses de Camden Town, Portobello y Brick Lane. Incluso han customizado algunas de ellas. "Por ejemplo, cortamos los clásicos Levi's 501 para convertirlos en shorts como los que se llevan este verano", explican. Y añaden: "Toda la ropa está en buen estado y limpita". Álvarez cuenta que, aunque su clientela es fundamentalmente menor de 40 años, "son muchas las señoras que entran y se quedan fascinadas al volver a ver esa ropa que llevaban de jóvenes y que ya casi ni recordaban".
Un poco más adelante acaba de inaugurarse La Merced, 3, bautizada en honor a la dirección en la que se encuentra. Al frente de esta tienda de ropa y decoración están Alicia Carballo y su marido, Yann Billaud, que trabajó durante cinco años en algunas de las mejores boutiques de segunda mano de Barcelona, como Ohlala ó PNB. Billaud ha volcado toda su experiencia en este proyecto que recupera ropa y mobiliario de primeras marcas desde los años 50 a los 90. Diseños de Balenciaga, Yves Saint Laurent, Celine o Loewe ocupan un espacio que aúna lo industrial y lo retro. Cuenta Billaud que la razón que les trajo de vuelta a la ciudad natal de Carballo fue el hijo que acaban de tener. El deseo de criarlo en un lugar "más fácil que Barcelona".
Tras recorrer la cercana calle de San Bernardo en dirección a la plaza del Parchís, asoma La Lucha (www.lalucha.es), en la calle Cabrales, número 5. Elena Laso ha reunido marcas difíciles de encontrar incluso en Madrid o Barcelona. Firmas que ponen los dientes largos a cualquier adicta a la moda: MM6, de Martin Margiela; Etoile, segunda línea de Isabel Marat; o Athe de Vanesa Bruno. El interiorismo es obra, como en el caso de Elle est belle, de Irene Bas y Marta Botas. De inspiración nórdica y muy femenino, hace que merezca la pena entrar en la tienda aunque solo sea para disfrutar de ella. Frente a su escaparate, atractivo y conciso, a veces casi hay que hacer cola.
Mucho zapato
A solo unos metros surge Extreme (San Agustín, 14), parada obligada para cualquier amante de los zapatos que se precie. Su propietario, Pablo Infiesta, recopila en su pequeña tienda piezas de Marc Jacobs, Paco Gil o Pedro García, una firma de calzado con base en Elda (Alicante) que acaba de abrir su propia tienda en Nueva York y que, el pasado julio, dio el campanazo cuando la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, descendió del avión presidencial, el Air Force One, luciendo uno de sus modelos para este otoño-invierno.
Los amantes del diseño escandinavo tendrán que caminar unos diez minutos y cruzar la plazuela de San Agustín para llegar al espacio regentado por Irene Sirgo y David Gutiérrez. Ambos investigan sin parar en Internet para llenar La Caja Blanca (Celestino Junquera, 10) con las últimas marcas suecas, danesas y finlandesas: Minimarket, Ida Sjöstedt, Modström, Margit Brandt, Ivana Helsinki... "Buscamos piezas sencillas, urbanas y prácticas. Que cundan", resume Sirgo. Ellos mismos se han encargo del diseño de la tienda. Tan rockero, femenino y minimal como los increíbles vestidos que cuelgan de sus perchas.
Y después de tanto comprar, nada mejor para reponer fuerzas que un poco de azúcar. Un final dulce en la tienda confitería Pomme Sucre (Libertad, 26). Su chef, el asturiano Julio Blanco, defiende una repostería tradicional pero con influencias francesas. La oferta de postres para tomar en sus mesas o llevarse puesta es enorme: croissants, bizcochos Madelaine, bombones de after eight y peta zetas o de azafrán y manzana, cheesecake con plátano o arándanos, tartas Sacher... Pomme Sucré también tiene tienda en Oviedo (Covadonga, 21) y Madrid (Barquillo, 49).
Guía
Dormir
» Hotel Asturias (985 35 06 00; www.hotelasturiasgijon.es). Plaza Mayor, 11. Tres estrellas a un minuto andando de la playa de San Lorenzo y en el arranque mismo del barrio marinero de Cimadevilla. Cuenta con el encanto de haber sido una de las localizaciones donde se rodó Volver a empezar (1982), de José Luis Garci, la primera película española en recibir un Oscar. Sus mejores habitaciones son las traseras, con vistas a la casa natal de Jovellanos. Habitaciones a partir de 50 euros.
» Hotel NH Gijón (www.nh-hoteles.es; 985 19 57 55). Doctor Fleming, 71. Junto a la playa de San Lorenzo, a 10 minutos del centro de la ciudad y a dos del barrio residencial de Somió. El primero, son sus vistas de la bahía y el casco antiguo de Gijón. El segundo, su restaurante, Avant Garde, gestionado por la familia Loya, propietaria, a su vez, del Real Balneario de Salinas (Avilés). Habitaciones a partir de 50 euros.
» Hotel Mirador de Deva (www.miradordedeva.com; 985 13 15 78). Camino de Casa Mario, s/n. Esta casa rural de nueve habitaciones se encuentra en la parroquia de Deva, a 10 minutos en coche del centro de Gijón y a cinco minutos del Jardín Botánico. Desde 50 euros.
Información
» Oficina de Turismo de Gijón (www.gijon.info; 902 013 500).
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