Consolas y barajas
Los que han entrevistado a Messi, el genial futbolista del Barça, dicen que el delantero argentino se defiende mejor jugando al balón que jugando a las palabras. Con el balón es un extraordinario ciudadano. Pero no ha sido llamado por el lado de la locuacidad. Y todo el mundo intenta que lo desmienta. Ahora lo ha intentado Sergio Sauca, responsable deportivo del segundo telediario de La 1. Sauca, que además hace buenas retransmisiones de partidos, sobrias, como las de aquel maestro, José Ángel de la Casa, acaba de estar ante Messi, con ocasión de la entronización mundial del futbolista, y ha sentido la tentación de hacerle preguntas.
A veces el fútbol da momentos inolvidables a partir de obviedades. Porque en el fútbol lo que cambia, fundamentalmente, es el resultado; el factor sorpresa hace subir los decibelios de las retransmisiones, pero en general hay mucho tiempo muerto en el fútbol, como en el baloncesto. Ahora bien, si el tiempo muerto se tradujera en silencios estaríamos listos. Uno de esos momentos excelsos de la obviedad que a veces hay que trasladar al oyente o al televidente fue reseñado por Luis Carandell en su inolvidable Celtiberia Show de la también inolvidable revista Triunfo. Lo que ocurrió fue que Miguel Ors, que retransmitía un partido, se encontró con que en la pantalla aparecía, solo y orondo, un balón. Y el hombre dijo, por si la audiencia estuviera despistada: "Señores, el balón".
Con Messi se dan muy bien los lugares comunes. Fútbol es fútbol, trabajamos en equipo, y cosas así. Y Sauca lo debe saber. Así que para sacarle del atolladero de tener que decir tópicos sobre el juego en equipo y el esfuerzo colectivo le puso en antecedentes: ya sé que usted no concede entrevistas ("es que me gusta más jugar"), pero ya que estaba enfrente, le dijo: "Quisiera hacerle dos o tres preguntas". Y le espetó: "¿Videoconsolas o juego de cartas?". Ahora juega menos que antes a las cartas, insinuó más que dijo el lacónico futbolista, "así que videoconsolas". La verdad es que despejó una duda, Sauca debió sentirlo así. Y no desmintió ni un ápice esa impresión que hay de que Messi juega muy bien al fútbol (y seguramente a las cartas), pero hablando dista mucho de ser Jorge Luis Borges. Sauca lo sabe ya para siempre.
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