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Reportaje:

Las claves de una ilusión

San Sebastián reforzará su candidatura para 2016 ante la elección final - La mayoría de ciudades equiparan la capitalidad a unos Juegos o una Expo

Aún con la resaca por la selección el jueves de San Sebastián como aspirante a capital cultural europea en 2016, el sentimiento general en la capital guipuzcoana combinaba ayer orgullo y, a la vez, incertidumbre. Las declaraciones de un joven donostiarra ayer tarde a la salida del Teatro Victoria Eugenia, donde las instituciones vascas y el equipo de la candidatura analizaron los resultados y mostraron sus opiniones, resumían esta impresión: "Es un gran reconocimiento para nuestra ciudad, pero no sé qué significa realmente ser capital cultural europea". Se presenta como un proyecto basado en intangibles, de cultura de paz y educación en valores, en busca de olas de energía ciudadana, pero ¿qué es ser una capital cultural europea?

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Dentro de seis años

Los actos de apertura de la capitalidad comenzarían el 20 de enero de 2016, día para una Tamborrada por la paz con niños europeos como invitados. La paz es uno de los núcleos temáticos de la candidatura, que se extiende a otras actividades, entre las que destaca el Encuentro Internacional de Ciudades por la Paz, que promoverá en San Sebastián el diálogo entre ciudades que han sufrido conflictos.

San Sebastián quiere presentar dentro de seis años una amplia oferta cultural, marcada por la renovación del Museo San Telmo, el impulso de Musikene o el replanteamiento de Tabakalera, todo ello con unas renovadas infraestructuras viarias, entre ellas la nueva estación de autobuses. En cuanto a actos concretos, están previstos un campus internacional de cine joven, un festival de películas realizadas con móviles, una conferencia europea de todas las localidades que comparten ser eurociudades, una readaptación de Alicia en el país de las maravillas, una gran convocatoria feminista internacional y varias actividades destinadas a la inclusión social de personas con discapacidades. El medio oficial de transporte será la bicicleta.

Beneficios

La capitalidad cultural europea fue concebida en 1985 como un método para establecer puentes entre las ciudades del continente. Durante un año, la localidad escogida desarrolla todo tipo de manifestaciones artísticas.

La elección de una ciudad genera notables beneficios económicos. El principal proviene del turismo, que puede aumentar en un 12%, según diversos estudios, lo que se traduce en un crecimiento del comercio y del empleo. En Salamanca, capital cultural europea en 2002, el turismo generó unos 241 millones de euros.

En cuanto a la cultura, la ciudad escogida dispone de una oportunidad para invertir en nuevas infraestructuras. En el caso donostiarra, la capitalidad supondría un espaldarazo a proyectos como Tabakalera o Musikene. Y toda la región se beneficia de la elección. La capitalidad de Liverpool, en 2008, coincidió con un aumento en el gasto en el Noroeste de Inglaterra cifrado en un total de 753,8 millones de libras (870,4 millones de euros al cambio actual).

En el ámbito social, facilita la participación ciudadana con eventos al aire libre y aumenta los hábitos de consumo cultural. Un informe de la comisión de capitales europeas de la cultura concluyó que cuatro de cada cinco ciudades consideraban que la capitalidad era el evento más beneficioso que podía acoger una localidad después de los Juegos Olímpicos o una Exposición Universal.

Hacia la desginación final

A partir del próximo lunes, el equipo de la candidatura volverá al trabajo y se reforzará con nuevas incorporaciones. Los meses que faltan hasta la elección definitiva, prevista para julio de 2011, servirán para trabajar más la comunicación, organizar la financiación, evaluar los resultados registrados hasta el momento, fomentar la participación ciudadana con festivales como el Rompeolas y facilitar la conexión en red con otras localidades, como Bilbao, Vitoria, Irún, Pasaia, Zumaia o Tolosa. Los grandes proyectos, como el replanteamiento de Tabakalera o la ampliación del Aquarium, se acometerán en 2015 y 2016.

Presupuesto

San Sebastián 2016 dispone de un presupuesto de 89 millones de euros, de los cuales un 37,5% lo aportan el Gobierno vasco y el Ayuntamiento donostiarra, un 25% la Diputación de Guipúzcoa y el resto proviene de aportaciones privadas generales y por proyectos y de beneficios por mercadotecnia. La única inversión europea de la que se podría disponer, 1,5 millones de euros, está condicionada a ganar el premio de UE Melina Mercouri, que reconoce la salvaguarda del patrimonio cultural. De hacerlo, el dinero se dedicaría a producir tres películas ligadas con la candidatura que se presentarían en el Zinemaldia dentro de seis años.

Hasta el momento, se han invertido 2,7 millones de euros. El resto del presupuesto se distribuirá hasta 2020, con 2016 como el año con mayor gasto previsto (40 millones).

Posibles problemas

Cabe la posibilidad de que el título vaya perdiendo peso con el paso del tiempo. En 2016, San Sebastián se convertirá en la 56ª capital cultural europea, por lo que la repercusión puede decrecer. Y en muchas ocasiones, los costes organizativos, de gestión y de ejecución pueden ser elevados y provocar que la diferencia entre gastos e ingresos se traduzca en números rojos.

El jurado

El jurado que tomará en julio la decisión final -también nombrará a una localidad polaca- es el mismo que seleccionó el pasado jueves a las seis aspuirantes españolas en Madrid. Presidido por Manfred Gaulhofer, consultor austriaco en el sector público de temas culturales, lo integran seis personas nombradas por el Ministerio de Cultura y otras siete por las instituciones europeas. Durante este tiempo, analizarán in situ a todas las candidatas.

De izquierda a derecha, Urgell, Elorza, Aramburu y el director artístico de la candidatura donostiarra, Santi Eraso, en el Teatro Victoria Eugenia, con unas barras fluorescentes que quieren simbolizar la energía ciudadana que respalda la aspiración europea de la ciudad.
De izquierda a derecha, Urgell, Elorza, Aramburu y el director artístico de la candidatura donostiarra, Santi Eraso, en el Teatro Victoria Eugenia, con unas barras fluorescentes que quieren simbolizar la energía ciudadana que respalda la aspiración europea de la ciudad.JAVIER HERNÁNDEZ

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