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Análisis:La lacra del dopaje
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un fármaco de medicina veterinaria

El clembuterol es un fármaco clasificado como beta-2 agonista. Es decir, que es capaz de relajar los músculos, llamados músculos lisos, que rodean a las vías aéreas (los bronquios) de nuestros pulmones. Esto facilita la entrada de oxígeno a la sangre a través de los pulmones. En las personas que padecen asma, los músculos lisos de sus bronquios tienden a contraerse espontáneamente y a reducir mucho el flujo de aire. Sobre todo cuando sufren las llamadas crisis asmáticas. En estas, las vías aéreas se cierran tanto que pueden llegar a comprometer seriamente la oxigenación de la sangre. El clembuterol puede utilizarse como broncodilatador para tratar el asma, tanto en humanos como en animales. De todos modos es un fármaco más propio de medicina veterinaria (para tratar al ganado vacuno y porcino, sobre todo en forma de jarabe) que de medicina humana (donde se suele usar en forma de tabletas). En Australia, por ejemplo, el uso de clembuterol no está permitido en humanos.

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Por otra parte, los ciclistas pueden padecer un fenómeno que se conoce asma o bronco-espasmo inducido por ejercicio. Este proceso se debe a que la entrada de grandes cantidades de aire frío y seco a través de los bronquios, algo que ocurre inevitablemente cuando suben puertos de montaña, por ejemplo, irrita los bronquios. Y estos tienden a cerrarse espontáneamente, precisamente cuando más dilatados los necesita el corredor. Por eso muchos utilizan broncodilatadores con frecuencia. Aunque no clembuterol, incluido en la lista de sustancias prohibidas. Los ciclistas utilizan otros broncodilatadores, por vía inhalatoria. Como el salbutamol o ventolín. Con la ventaja, además, de que basta con dejar constancia en el momento del control antidopaje de su uso para quedar exento de toda culpa. Si un ciclista utiliza un broncodilatador, lo más lógico es que aparezcan rastros en varios controles. Y no en uno solo, como fue el caso de Contador. Además, en concentraciones significativamente más elevadas.

Por otra parte, el clembuterol podría tener un efecto anabólico, es decir, que aumentaría la masa muscular del que lo consume. Así, podría mejorar el rendimiento de algunos deportistas en los cuales la hipertrofia muscular es un factor clave de su éxito, como los halterófilos o los culturistas. De todos modos, el supuesto efecto anabólico del clembuterol es mucho menor que el de otros fármacos (esteroides anabolizantes, sobre todo). De hecho, solo se ha demostrado científicamente en animales (ratones). Por su teórico efecto anabólico, el clembuterol se puede utilizar para aumentar la masa muscular del ganado vacuno y porcino, y producir así mejores filetes. Y al comernos un chuletón de una vaca tratada con clembuterol, pueden aparecer pequeños rastros de esa sustancia en nuestra orina. Así de sencillo.

Alejandro Lucía es catedrático de Fisiología del Ejercicio en la Universidad Europea de Madrid.

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