Alivio en el convento
Méndez sigue la jornada en la añeja sede de UGT
Cándido Méndez ha quedado a las ocho y cuarto de la tarde con Ignacio Fernández Toxo en la sede de CC OO para acudir juntos a la Puerta del Sol, donde se celebra el acto de cierre de la campaña de huelga. En realidad, la jornada de protesta comienza para ellos en ese momento. Después de arengar a los asistentes sobre la conveniencia de la huelga para que el Gobierno modifique la reforma laboral, se dirige a la Casa del Pueblo, sede de las federaciones del sindicato.
Durante el traslado destaca la importancia de que haya participado el presidente de la Confederación Internacional de Sindicatos, el alemán Michael Sammer. "Tiene mucho mérito que se haya trasladado expresamente aquí". También ataca a Esperanza Aguirre: "Se ha empeñado en que la huelga sea suya". Una vez allí, tiene tiempo de ver -entre canapés, traqueteo de piquetes y continuas conversaciones- el tardío gol del Real Madrid ante el Auxerre. Lo grita con entusiasmo.
El líder de UGT se muestra muy preocupado por la virulencia policial
"Zapatero ha sido muy desafortunado por decir que él va a trabajar"
Un poco antes de medianoche se va a la sede confederal de UGT, un antiguo convento de arrecogidas donde el sindicato ha instalado el centro neurálgico de la huelga. Un equipo de prensa reforzado, un retén de abogados y numerosos cargos y técnicos se aprestan a pasar la noche. Méndez no deja de recibir llamadas. Una le informa de que la mujer atropellada por una furgoneta de reparto ha salido del coma en que había entrado. Respira desahogado. Son las doce y los primeros datos sobre sectores con trabajo nocturno ofrecen buenas señales. Le enseñan en un monitor que Telemadrid tiene cortada la emisión. No es como en el 14-D de 1988, cuando la única televisión existente (TVE) se quedó sin señal, pero algo es algo.
Con buen ánimo, pasadas las 00.30 se retira a descansar no sin antes hacer un recorrido por el centro de Madrid para comprobar el ambiente. Muchas luces azules de policía en lugares críticos (Cibeles, Atocha, Conde de Casal...), algunos grupos con banderas rojas, y, en ese momento, mucha tranquilidad. Saborea un puro que lleva esperando encender hace tiempo, mientras le leen las primeras de los periódicos.
Poco dura. A las siete de la mañana vuelve al convento. Ha habido enfrentamientos de piquetes con la policía con varios heridos y esa virulencia le preocupa. "Gallardón ha sacado toda la policía", le comentan. "Había más que de la Nacional, que además ha sido más educada", añaden.
A esas horas la expectativa sobre el seguimiento de la protesta es alta. Es un momento clave; pero las noticias que les transmiten de las principales empresas suponen algo más que un alivio. Méndez, que ha sido líder en cuatro huelgas, tiene entonces la oportunidad de estrenar la primera con videoconferencia. "Ha sido una experiencia muy dura, nos han querido descalificar; pero el mayor desmentido es el resultado". "Quedan muchas horas, hay que mantenerse en la calle y hacer un llamamiento para que las manifestaciones sean multitudinarias para redondear el impacto de la huelga y el Gobierno haga una corrección en profundidad", enfatiza.
Metida la mañana, se recoge en su despacho a escuchar las noticias. "Se equivoca Zapatero, ha sido muy desafortunado por decir eso", subraya cuando el presidente manifiesta que él y el Gobierno van a trabajar. A las once recibe la visita de los miembros de IU Cayo Lara, Willy Meyer y José Luis Centella, con los que departe hasta que aparece Toxo. El tono vital no cambia. Vuelve a la Casa del Pueblo a comer con algunos dirigentes. Muchos de ellos, que han estado en los piquetes, llegan recién duchados. Resaltan la actitud del Rey de suspender su agenda del día y descalifican las declaraciones sobre la huelga del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán. La siguiente cita, en la manifestación.
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