"El cine español se aceptará cuando lo haga la derecha"
Son dos clásicos del Festival de San Sebastián: el productor, Gerardo Herrero, asiduo de hace años en la ciudad, y el restaurante que ha elegido, uno de los más solicitados durante los días del certamen. Tan así es que Herrero (Madrid, 1953), en los escasos metros que separan la puerta de la mesa reservada, se va parando a saludar a prácticamente todo el salón. Todos le conocen y le felicitan. No es para menos. Entre tantos sinsabores y dificultades en el sector del cine, él este año ha hecho triplete. Al Oscar de Hollywood conseguido por la producción El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, le han seguido los premios recogidos en Venecia a mejor director y guión por la última película que ha producido a Álex de la Iglesia, Balada triste de trompeta. "No ha cambiado mi vida. Sigo teniendo las mismas dificultades".
El productor ha hecho triplete este año: un Oscar y dos premios en Venecia
Es la tortilla de bacalao quizás lo que más le apetece de la carta, pero como se trata de compartir el primero se conforma con espárragos y vainas. Lucha por hacer cine que tenga cabida en festivales -en el de San Sebastián, clausurado el sábado, ha presentado El gran Vázquez, de Óscar Aibar- porque cree que de esta manera la repercusión ayuda a su comercialización. "El cine es un arte popular. Las películas sin público ¿qué son? El cine se inventó para eso y se ha ido perdiendo este concepto".
El primer filme que produjo, Mientras haya luz, de Felipe Vega, lo hizo pidiendo dinero a sus amigos -un total de 30.000 pesetas-. Fue en 1987 y se estrenó con ella en el Festival donostiarra donde ganó el premio al mejor nuevo director. Consiguió pagar las deudas y devolver los préstamos a los amigos. Desde entonces ha producido más de 100 filmes y ha dirigido 12. "No hay fórmulas mágicas. Yo busco las películas que se puedan realizar en base a un guión, al público y que se puedan financiar", asegura.
Lo que sí ha cambiado, se lamenta, es el papel del productor. "A mí me gusta producir, pero la realidad es que el papel del productor pierde peso. A mí me gusta decidir, estar en el proceso creativo de una película desde la idea, el guión. Pero la realidad es que nos estamos convirtiendo en buscadores de dinero. Dependemos demasiado de la financiación. Desde hace un par de años se ha vuelto todo muy complicado. Se pierde mucho tiempo en la burocracia, el marketing se ha hecho imprescindible. Dependes del gusto de mucha gente y sus caprichos. Todo el mundo opina y muchas veces contradictoriamente". Pero, a pesar de todo, ahí está. Con las notas en su móvil bajo el apartado Proyectos para 2011 y una larga lista de títulos y nombres interesantes: Gracia Querejeta, Viggo Mortensen, José Luis Cuerda y él mismo.
Ha llegado su hija María, la pequeña de tres, a buscarle para regresar a Madrid y reclama un helado antes de meterse en el coche. Una cosa más. ¿El cine español? ¿Las subvenciones? "Las ayudas públicas en España solo suponen el 20% del presupuesto de una película. Hay otros sectores que reciben ayudas del 100%. A partir de la guerra de Irak y las críticas de los cineastas a la intervención española, la extrema derecha ataca al cine español. El cine español solo será aceptado por los españoles cuando la derecha de este país lo acepte, que es una manera de apoyar a su país".
De la mano de su padre, María camina ya hacia el helado.
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