Materias primas
Es probable que un nuevo estudio del Banco Mundial levante las esperanzas en Brasil, Argentina, Perú y otros exportadores de materias primas latinoamericanos. El informe expresa que, contrariamente a la opinión generalizada, las materias primas pueden ser el motor impulsor del crecimiento a largo plazo.
¿Es esto cierto? ¿O el Banco Mundial está soñando?
El estudio, titulado Natural resources in Latin America and the Caribbean: Beyond Booms and Busts, publicado en la Conferencia de Las Américas de The Miami Herald, contradice la firme opinión de los economistas de que grandes aumentos en los precios mundiales de materias primas como petróleo, gas o soja, han llevado históricamente a América Latina a gastar más allá de sus posibilidades y a terminar en la bancarrota. El estudio plantea que el auge de los bienes básicos en América Latina de 2001 a 2008 ha sido el más prolongado en la memoria reciente y que no hay razones para que concluya pronto.
Los países que dependen de las exportaciones de materias primas no salen bien parados a largo plazo
"Es menos probable que la bonanza de las materias primas en América Latina termine mal esta vez", dijo Augusto de la Torre, economista del Banco Mundial, en la conferencia. "Los países ricos en recursos naturales manejan mejor sus ingresos, de manera que no se van a la bancarrota cuando los precios bajan", añadió. De la Torre dijo que Chile es un ejemplo de eso. Chile ha ahorrado los ingresos del auge del precio del cobre y ha podido mantener sus programas sociales e invertir en nuevas industrias durante las vacas flacas. Agregó que otros exportadores de materias primas como Perú, Colombia y Brasil, que mantienen políticas económicas responsables, pueden seguir los pasos de Chile. Además, la mayoría de estos países están usando sus respectivas ganancias del boom de las materias primas para agregarles valor y mejorar sus exportaciones. Es probable que eso les ayude a conseguir un crecimiento económico a largo plazo, señaló.
Pero Ricardo Hausmann, profesor de la Universidad de Harvard y destacado experto en asuntos latinoamericanos, dijo en la conferencia que no es muy optimista sobre el futuro de los países exportadores de materias primas. Comparó los casos de Venezuela y Noruega -ambos exportadores de crudo- para plantear el caso de países que dependen de una materia prima y siguen siendo pobres, mientras que países que diversifican sus exportaciones se hacen ricos. "Hay países que tienen recursos naturales y no desarrollan otros productos, y hay países que también tienen recursos naturales pero producen muchas otras cosas", dijo. "Esa es la diferencia entre Venezuela y Noruega".
Mientras que Noruega exporta siete veces más petróleo por habitante que Venezuela, el crudo representa solo el 34% de las exportaciones noruegas, porque el país del norte de Europa exporta numerosos bienes. En comparación, el crudo representa el 80% de los ingresos venezolanos. Al preguntársele sobre la teoría de que los exportadores de materias primas pueden crecer y reducir la pobreza especializándose en sus materias primas respectivas, Hausmann hizo un gesto negativo con la cabeza. Los países que crecen por lo general son los que diversifican su base de exportaciones, explicó. "Los países pobres fabrican pocos productos", dijo Hausmann. "Los países ricos fabrican muchos productos, bienes complejos que pocos países pueden producir".
En mi opinión, aunque el estudio del Banco Mundial exhorta a los países exportadores de materias primas a ahorrar para tiempos difíciles y a agregar valor a sus bienes básicos, me temo que eso lleve a algunos gobiernos a concluir que van por el camino correcto y depender aún más de esas exportaciones. El sentido común me dice que los países que dependen de las exportaciones de materias primas no salen bien parados a largo plazo.
No es coincidencia que algunos de los países sin recursos naturales -como Luxemburgo, Singapur, Taiwán y Japón- tienen poblaciones ricas, mientras naciones con enormes recursos naturales -como Venezuela, Bolivia y Nigeria- tienen buena parte de su población viviendo por debajo del nivel de pobreza. Y no es coincidencia que esos países con recursos naturales que han conseguido crear riqueza -como Noruega, Australia o Nueva Zelanda- son los que han diversificado sus exportaciones. El problema es que, con demasiada frecuencia, son muy pocos.
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