La penúltima verbena de Os Diplomáticos
El grupo del 'bravú' conmemoró su vigésimo aniversario en Allariz
Más de hora y media de arroutada. Más de hora y media de fiesta galaica. Os Diplomáticos de Monte Alto regresaron el sábado al origen del bravú y a su esencia. En la celebración del vigésimo aniversario del grupo, el festival Reperkusión de Allariz les puso la guinda de un público entregado y fundido que los llevó en volandas por los más emblemáticos temas de su primera discografía. Y ellos -precedidos por Sargento García, que caldeó el ambiente, y seguidos de Jarbanzo Negro- se volcaron.
Cinco años después de su última actuación conjunta, Xurxo Souto, Sanjurjo, Guni y Mangüi y Pulpiño de Viascón en la percusión, se plantaron en "el origen de los orígenes" de aquellos cinco jóvenes de Monte Alto enamorados que sentenciaron contra todo pronóstico el éxito del grunge gallego.
"Todos vosotros teníais foto en el Xabarín", espetó Souto a los fans
"Lo hicimos todo por amor", advirtió un energético y saltarín Souto destacando en todo momento su compromiso con la música gallega "cargada de futuro" y demostrando a los escépticos de los 90 que, dos décadas después, el rock en gallego funciona y que lo hace ante una nueva generación.
"¡Todos vosotros teníais foto en el Xabarín!", espetó Souto a sus seguidores. Os Diplomáticos emocionaron el sábado a una generación de jóvenes -la práctica totalidad de las 2.000 personas que abarrotaban la carpa sobre el Arnoia- amamantados por el programa estelar infantil de la TVG de los 90. El mismo programa que impulsó el éxito de la banda coruñesa y de todo el movimiento del bravú gallego al que Os Diplomáticos quisieron rendir homenaje en Allariz, nombrando a cada uno de los grupos.
El público estaba para todo. Para corear cada una de las letras. Para saltar, como lo hizo ininterrumpidamente un inagotable Xurxo Souto. Para pedir bises. Y para aceptar la propuesta de "Sempre en galego" que Os Diplomáticos enarbolaron desde el escenario y mantuvieron sobre él durante todo el concierto.
Ofició el actor Carlos Blanco. No sólo como presentador de la banda en un concierto que calificó de histórico, -"porque necesitamos superhéroes están aquí Os Diplomáticos", bramó el artista haciendo alusión a la falta de autoestima de Galicia- sino también como vocalista junto a Xurxo Souto en la interpretación de Como o vento para delirio del público, avanzada ya la madrugada.
Blanco se despidió de los seguidores acompañado por gritos de "gaiteiro, gaiteiro", y con la encomienda de que nadie dé "ni un paso atrás en la defensa de nuestra lengua".
El concierto fue una fiesta. Como las de los orígenes del grupo. Como la que esperaban provocar al ritmo de los temas de su primer disco, Arroutada pangalaica, producido en 1991 por la Fundación Os Resentidos, que Os Diplomáticos consideran el "más inocente y original" de unos comienzos en los que mezclaban el rock con piezas populares del folk gallego.
"¡Cuando una persona tiene fuerza para cambiar el mundo, nosotros no decimos torero, nosotros le llamamos gaiteiro, gaiteiro, gaiteiro!", espoleó Xurxo Souto al público que, al ritmo de los acordes de Vivir na Coruña, le lanzó al escenario una bufanda del Deportivo mientras reclamaba "selección galega xa".
En la Galicia de las miles de fiestas de verano, la de Os Diplomáticos, veinte años después de sí mismos, llevó a su público al éxtasis con el efluvio de las verbenas aderezadas de rock, folclore y charangas. Y sin bajar en ningún momento el nivel de entrega.
Parrochas, San Furacho, Marujo Pita, Palavea, Atún, o Non chas quero fueron aclamadas y cantadas a voz en grito por los fieles seguidores.
Hace cinco años que la banda se deshizo -tras despedirse con una mini-gira que finalizó con un concierto en el barrio de Monte Alto- y 10 que lo abandonó Xurxo Souto, pero en el vigésimo aniversario sonaron como en los mejores tiempos.
Con Souto echando el resto en medio de la fiesta bravú con aires de verbena postmoderna, y de la entrega sin reservas de los seguidores, el vocalista adelantó que la del sábado no sería la última unión ante su público.
Souto se comprometió a repetir experiencia dentro de diez años en el mismo escenario del Reperkusión de Allariz.
Con su energía, sus consignas intactas y su empatía con los fans -y pese a que la acústica era mejorable- Os Diplomáticos de Monte Alto hicieron bueno, 20 años después, su lema: "Vivimos no cú do mundo, pero temos forza para tronzar o universo".
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