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Reportaje:

"120 razones, 120 sonrisas"

Camps y Barberá inauguran un centro de educación especial de referencia en el barrio de Camí del Real con 18 años de retraso

La integración social y la integración educativa van de la mano. Lo recordó ayer Inmaculada Valero, la directora del nuevo colegio de educación especial Sebastián Burgos, en la inauguración oficial de las instalaciones que cuentan, entre otras novedades, con ordenadores adaptados para alumnos con discapacidad desde los 3 a los 21 años. El centro, preparado para cubrir 210 plazas, ha abierto con "120 razones, 120 sonrisas", que en palabras de su directora hacen referencia al centenar de niños matriculados.

El presidente Francisco Camps, que el miércoles pasado se desplazó a Montanejos, un pequeño pueblo limítrofe con Teruel, justificó su desplazamiento y su reaparición en un colegio de Valencia, como una manera de "acercar las oportunidades" a todos los niños con "independencia del área geográfica y de sus necesidades".

En el acto, de puertas abiertas, los vecinos piden colegios
"Faltan centros. Nos toca cruzar el puente o ir a San Marcelino"

Camps comenzó su visita guiada al edificio -construido sobre un solar de 11.000 metros por Balam Consultores SL y Sedesa SA- dándose un baño de multitudes entre los vecinos invitados al acto de puertas abiertas. "A Sofía, con cariño", le firmó el presidente a una joven de color, que se le acercó.

Pero los actos abiertos se exponen a la improvisación, pese al despliegue de altos cargos oficiales y asesores. Y no faltó. La historia del suicidio de Paco Suárez, un ex drogadicto de 43 años, hijo de Milagros García, hace 22 meses y su cadáver "desaparecido" durante casi tres días, tomó por sorpresa a Camps y Barberá, que encajaron con un apretón de manos las quejas de la afectada madre.

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"Entramos en el área de Fisioterapia", relata Paula Pedregal, la joven jefa de estudios que muestra los detalles técnicos de la edificación. El presidente se detuvo luego en el aula de educación infantil y habló con los más pequeños, de 3, 4 y 5 años. Marta, la tutora, tiene que llamar a Joel, un pequeño que al ver la comitiva decide abandonar la pizarra digital y hacer el paseíllo. Marta explica que las pizarras digitales son un elemento clave para "captar la atención con imágenes más grandes" de los más pequeños. Y Joel lo demuestra: al ver la imagen de una tijera, escoge la palabra "tijera".

Zonas de descanso con suelo acolchado para evitar caídas y el aula-hogar, una zona con una amplia cocina, habitación con cama y comedor donde los mayores "se preparan para la vida".

Final del trayecto. En el hall, muchas vecinas se reconocen en las palabras de Carmen Alborch. La concejal socialista que, pese a "felicitarse" por al apertura del centro, recordó que "se inaugura con 18 años de retraso". El colegio, que estaba en El Saler y sufrió numerosas inundaciones por las lluvias, está previsto desde 1992.

Alborch considera que es "necesaria" la construcción de 18 colegios y ocho institutos en la capital. Una visión que comparte Pilar Martínez, una vecina que se queja de que "no hay plazas escolares, los niños tienen que ir a otros barrios". "Hacen falta colegios, nos toca ir a San Marcelino o cruzar el puente cada día", coinciden Carmen Pascual y Conchín Benlloch, en la inauguración de "la única actuación en materia educativa del Gobierno Camps durante esta legislatura", según el socialista Juan Soto.

Camps y Barberá con un escolar en el aula de fisioterapia.
Camps y Barberá con un escolar en el aula de fisioterapia.C. FRANCESC

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