Un verano más que cálido

Un fuerte temporal y tres olas de calor, con picos de 46 grados: dos por vientos de levante y una por aires saharianos. Así fueron julio y agosto de 2010 en Andalucía. Si en julio se produjo un aumento en las temperaturas mínimas, agosto fue extremadamente cálido, tanto que la media se elevó por encima de los tres grados. El Bajo Guadalquivir fue la zona más afectada. Una diferencia en las medias anuales que atizó a Sevilla (al pasar de 27,2 grados 30,2) y a Huelva (de 25,5 a 28,5).

"Todas las temperaturas subieron", afirma Luis Fernando López Cotín, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). "Sobre todo en las mínimas de julio, que fueron muy elevadas". De hecho, la mínima más alta en España se produjo en Almería (27,5 grados). Un aumento general que, sin embargo, que no alcanzó las máximas históricas, que se registraron en Córdoba y Sevilla, en 2003, y llegaron a 46 y 47 grados, respectivamente.

Los calores extremos registrados este verano se conjugaron con un episodio de fuerte inestabilidad atmosférica con un gran temporal que afectó a Córdoba, Jaén y Almería. Por eso, agosto fue un mes muy húmedo, según la Aemet. Tanto que una tromba de agua arrojó, en menos de cuatro horas, 226 litros de agua en Aguilar de la Frontera y 136 litros en Bujalance (Córdoba).

Estas lluvias torrenciales fueron especialmente intensas el 17 de agosto. La Aemet esperaba una tormenta "seca", pero el imprevisto temporal dejó tres muertos en ambas localidades y se reprodujo en las provincias de Almería y Jaén.

Septiembre se ha presentado más suave, pero esta semana las temperaturas alcanzarán los 37 grados, hasta que bajen el jueves. Las olas de calor y los temporales son efectos de un cambio climático que, según López Cotín, se produce "desde hace siglos y se corrobora cada año".