Mucho vértigo y poca puntería
El Sevilla desperdicia un puñado de ocasiones ante un Deportivo muy ordenado
Entre la ineficacia y la mala suerte se cruzó el oficio del Deportivo para que el Sevilla no pasara del empate en su estreno casero. Mereció más el conjunto andaluz, que desperdició un puñado de ocasiones, sobre todo por parte de Negredo, pero no encontró premio a su empuje y pagó caro su falta de puntería.
No es casualidad que el Deportivo se haya ganado el respeto desde que Miguel Ángel Lotina dirige sus destinos. La búsqueda de la excelencia es una meta destinada a otros. El Deportivo hace de cada partido un ejercicio de orden y disciplina, lo que en gran medida entorpeció la ambición desmedida con la que el Sevilla configuró su puesta en escena. Antonio Álvarez se plantó en el campo con cuatro delanteros, confiando al debutante Guarente y Zokora un amplio espacio para defender y distribuir, quizás demasiado para dos jugadores potentes y atléticos, pero de escaso toque.
SEVILLA 0 - DEPORTIVO 0
Sevilla: Sevilla: Palop; Konko, Martín Cáceres, Escudé, Fernando Navarro; Zokora, Guarente (Renato, m. 68); Jesús Navas, Kanouté (José Carlos, m. 68), Perotti y Negredo (Luis Fabiano, m. 76). No utilizados: Javi Varas; Alexis, Alfaro y Capel.
Deportivo: Manu; Manuel Pablo, Lopo, Colotto, Morel; Rubén Pérez (Juca, m. 78), Antonio Tomás (Juan Rodríguez, m. 69); Urreta, Desmarets (Lassad, m. 56), Guardado; y Adrián. No utilizados: Felipe Ramos; Aythami, Míchel y Riki.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Zokora, Antonio Tomás, Escudé, Martín Cáceres, Guardado y Lopo.
Unos 42.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán. Se guardó un minuto de silencio por los socios sevillistas fallecidos en el último año.
El resultado, en buena medida, fue un partido que se jugó en medio del barullo, que el Sevilla pudo decantar pronto en algún que otro arrebato, como el remate de Negredo al larguero en el minuto 32, y que se movió en los albores al ritmo que le impuso el Deportivo. Con un centro del campo muy poblado y dos centrales con oficio, el problema del conjunto gallego radica en su falta casi absoluta de gol. Solo Adrián asustó a Palop. A falta de la creatividad necesaria para derrumbar al Deportivo, el Sevilla se entregó a sus armas habituales, en especial las carreras de Navas y Perotti. Con Kanouté algo perdido, Luis Fabiano esperaba su oportunidad en el banquillo. El partido entró en una fase de vértigo, donde cada equipo gozó de buenas ocasiones para marcar, sobre todo el Sevilla. Lopo, con todo a favor, desperdició una fantástica jugada de estrategia. El Sevilla, con su estilo, estuvo a punto de abrir el marcador en una jugada de vértigo de Perotti. Luego, fue Negredo el que por dos ocasiones estuvo a punto de decidir.
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