"No hace falta Sarkozy, nos vamos"
"Emigrante emigrado". Así, con cierta tristeza, resume Carlos Enrique Hernández, electricista peruano de 38 años, sus 15 años de vida y trabajo en Huelva. Asegura sentirse español. "Pero, en las circunstancias actuales, no se puede estar aquí", asume.
Hernández se muestra crítico con la política actual: "Para ver peleas, me pongo un canal de boxeo. El PSOE y el PP sólo piensa en el poder". Hace tres años, la crisis golpeó de muerte a la empresa de electricidad en la que trabajaba, encargada de montar los sistemas de baja y media tensión en edificios recién construidos. "Mi jefe lloró. Me dijo que sería el último en echar porque llevábamos muchos años juntos. Pero llegó el momento y él mismo tuvo que dejarlo".
En Perú, la situación es peor. Hernández lo sabe. "No estaré mucho tiempo. Pretendo mudarme a Guinea, como responsable de maquinaria eléctrica para una explotación maderera. Serían 3.000 euros al mes", celebra.
Está convencido de que África es la Europa de antes para los extranjeros con preparación. "Allí hay italianos, americanos y franceses al mando...". Hernández habla español, francés e inglés. Se considera una persona preparada que ayudó a hacer este país más competitivo. "Cuando llegué a Huelva, esto era un pueblo... Ahora es una ciudad, pero sin oportunidades". "España fue atrás, encontró una cama y se acostó", sentencia el peruano.
Recuerda el cambio de la peseta al euro: "Ahí comencé a no llegar a fin de mes". En su análisis, alude a Gran Bretaña ("se quedó con su libra, precavida, y ahora es la moneda fuerte") y bromea con el privilegio de un buen gobernante: "Ellos tuvieron a Churchill".
Educado, desprecia las políticas de rechazo a inmigrantes como la reciente expulsión de gitanos en Francia: "No hace falta que Sarkozy saque ninguna ley. Nos vamos a ir de todas maneras".
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