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Mercedes Peón revela su faceta más personal y familiar

La artista mezcla en Santiago música, imágenes y poemas

"Os acabo de enseñar lo que hago en mi casa". Fue la confesión con la que Mercedes Peón terminó de desnudarse el jueves ante un público que abarrotó el Teatro Principal (Santiago) y vibró durante 50 minutos con una performance audiovisual en la que la artista no se privó de incluir fotos del álbum familiar. "No son perfectas, pero son mías", se excusó Peón. El comentario vale lo mismo para uno de los repertorios más personales del panorama musical gallego. "Agarimos" que ella ofrece a su tierra en pago por los "agasallos" que ésta le ofrece.

La actuación del jueves se enmarcaba en el encuentro organizado por la Oficina Internacional de Libros para los Jóvenes (IBBY). Ingleses, libaneses, afganos y representantantes de las otras 15 nacionalidades que participan en el encuentro disfrutaron de la mano de Peón de la poesía de Agustín García, el sonido del sacho o la fuerza del roncón. Son las piezas del espectáculo musical que desgrana la artista en cada actuación. La marea de aplausos que la arropó tras cada tema, e incluso le obligó a regalar una interpretación extra al público, probaron su éxito.

A la 'performance' asistió público llegado de los cinco continentes

La elección de Peón para cerrar la segunda jornada del IBBY no fue fortuíta. Muchos de los presentes venían de escuchar la ponencia El hechizo de la voz, de la mexicana Gabriela Olmos, y con eso se encontraron en el Principal: una historia hechizada que Peón relató con tono de cantareira, mezclando experiencias "metafísicas", confesiones personales e incluso una exploración de "la nada". El oboe, la gaita y la percusión le sirvieron de acompañamiento. Las imágenes proyectadas a sus espaldas ilustraban la narración.

Prevaleció el idioma de la música, pero Peón se arrancó a dar las gracias en una babel de idiomas. No fue la única vez que la artista se dirigió al auditorio, ni el único gag de quién se confesó sincera tras el frenesí de uno de sus temas más vibrantes: "Ya grité, ahora ya estoy bien". El final de la performance lo celebró tirando confeti hacia las gradas. "Espero que los del teatro no me maten", dijo. Lo entendieron las 15 nacionalidades.

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