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Reportaje:TENIS | Abierto de Estados Unidos

Un asalto con piernas nuevas

Nadal busca la final por tercer año consecutivo "más fresco", sin perder un set y con 12 horas de juego, menos que nunca

Todo empieza con una cita en un lugar de nombre premonitorio: La Esperanza. Cuando Rafael Nadal llega al Abierto de Estados Unidos, negra la noche del jueves, gélido el viento que avasalla la pista, prepara el partido de cuartos en el que derrotará 7-5, 6-3 y 6-4 a Fernando Verdasco. El momento es único. Nadal se dispone a cruzar su Rubicón. Nadal puede dar hoy un paso que se considere un acto de guerra. Nadal afronta en semifinales, ante el ruso Mikhail Youzhny (18.00, Canal +), un capítulo más en su oposición a largo plazo por ser el mejor tenista de todos los tiempos: el español, de 24 años, busca ser el más joven de la historia en alcanzar el partido decisivo en los cuatro grandes. Nunca jugó la final de Nueva York. Nunca visitó antes la clínica de La Esperanza.

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¿Por qué está aquí Nadal? "Porque estoy más fresco, porque paré tres semanas este verano, sin tenis, para tratarme las rodillas", admite el número uno al recordar sus viajes para visitar al doctor Sánchez; aquella comida vitoriana en la que hablaron de la vida y el deporte; el dolor que siguió al tratamiento, tanto y tan fuerte que obligó a una necesaria desconexión y luego, pese a que venía el cemento estadounidense, le tentó a arrancar los entrenamientos sobre arcilla. "Después de meses muy intensos para mi cabeza, de muchas emociones, porque hasta Montecarlo llevaba 11 meses sin ganar torneos, tuve un poco de bajón, sin quererlo", reflexionó Nadal, que dedicó aquellas jornadas a la playa, el barco y la pesca, unos días en Ibiza, otros en Menorca. "Llegué a Nueva York... Y todo cambió".

Esta es la lista de cambios: Nadal no ha perdido ni un set. Nadal ha batido su récord de velocidad al servicio (217 kilómetros por hora). Nadal solo ha cedido un saque, ante Verdasco. Y Nadal ha pasado menos tiempo sobre la pista (12h 7m), que cuando llegó a semifinales en 2008 (12h 25m) y 2009 (12h 43m). Más que los datos, pesan las sensaciones: No ha sufrido donde antes era torturado.

Al español le espera Youzhny. El ruso es el número 14. Los anteriores rivales del mallorquín en las semifinales neoyorquinas, el británico Murray y el argentino Del Potro, estaban entre los diez mejores. ¿Hay más diferencias? "En 2008", admite Nadal, "en cuanto a nivel de tenis estaba preparado para hacer algo importante aquí, pero mentalmente estaba destruido". "Había hecho el doblete Roland Garros-Wimbledon por primera vez, había ganado en Toronto, había hecho semifinales en Cincinnati, había ganado el oro en los Juegos... Y empecé las semifinales sin energía. Imposible", admite. "En 2009 jugué contra un tenista increíble y tenía tres centímetros del abdominal roto. Era muy doloroso. Llegar hasta allí fue prácticamente un milagro". ¿Y en 2010? "Este año he intentado llegar fresco... Y estoy en la ronda correcta sin problemas. No me puedo criticar nada. La situación con la que llegué al torneo es peor que la de ahora. He hecho un buen esfuerzo mental y tenístico".

Nadal se entretiene en su habitación viendo El Imperio del Sol. Nueva York también busca quién le gobierne, un rey, un nuevo jefe. El número uno intenta cruzar hoy su Rubicón. Será en la Arthur Ashe, ante 24.000 espectadores y con Youzhny defendiendo la frontera.

Nadal, tras ganarle un punto a Verdasco.
Nadal, tras ganarle un punto a Verdasco.REUTERS

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