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Crónica:LLAMADA EN ESPERA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Abrir la temporada

Estrella de Diego

Deberían tomar nota las instituciones: este verano ha podido visitarse en la National Gallery de Londres una muestra ejemplar. Lo era porque lejos de los archivos interminables que son a veces ciertas exposiciones -que dan ganas de recorrerlas en bicicleta de tantas salas como ocupan- se trataba de una exposición sucinta sin un catálogo ostentoso. Close examination: fakes, mistakes and discoveries (Una mirada atenta: falsos, errores y descubrimientos), comisariada por Marjorie Weisman, partía de obras en la colección, de lo cual se deduce un coste razonable. Pero lo esencial era el planteamiento último: desvelar los secretos en la "cocina" de la historia del arte. Las secciones de las que constaba -falsos, errores, descubrimientos, secretos, redención- descubrían al visitante, con una eficacia absoluta y sin perder el placer visual de los cuadros físicos, cuestiones que los historiadores custodiamos con celo -la información es poder- sobre asuntos de índole más o menos técnica. ¿Cuál es la diferencia entre un falso y una atribución que resulta ser errónea? ¿Es posible que una obra tan famosa como el Torero muerto de Manet esté basada en otro cuadro deslumbrante, atribuido a Velázquez y ahora de autor desconocido? Al salir de las salas todos tenían algo de experto, ya que los secretos son menos secretos al desvelarlos. Ahora que el otoño se aproxima, las ciudades preparan su artillería para atraer a los visitantes, así que si aún no ha podido irse de vacaciones tiene la oportunidad de hacerlo pues se avecina una temporada con algunos proyectos tentadores a ambos lados del océano. El otoño pasado Warhol visitaba la Fundación Banco de la República en Bogotá, viajando luego a Buenos Aires y a la Pinacoteca do Estado de São Paulo: Man Ray reina este septiembre en la misma institución de la capital colombiana. No es la única exposición de fotografía que me tienta. El Jeu de Paume propone a Kertész, la Tate a Muybridge; Diaghilev y los Ballets Rusos -con un repaso a los diseños de Chanel, Goncharova o Delaunay- van a estar representados en el Victoria and Albert; y Gaspar Gasparian, con una selección de los cuarenta y cincuenta que mostrarán las investigaciones geométricas del artista, en la citada Pinacoteca do Estado. Los menos aventureros podrán ver a Gêrome en el Quai d'Orsay o visitar en la National Gallery londinense la que quizás se convierta en una de las muestras estrella de la temporada, Canaletto y sus rivales, un esfuerzo por mostrar las diferentes maneras de retratar Venecia. Los más aventureros podrán viajar hasta la Fundación Proa de Buenos Aires para ver Las Pampas, arte y cultura del siglo XIX, donde se exploran, a través de piezas de platería y textiles, las identidades de los pobladores originarios de las llanuras del Sur de América. En Nueva York, que sigue siendo una opción pese a todo, no deben perderse la pequeña muestra del MOMA dedicada a las transformaciones de la cocina moderna -organizada con fondos del museo- y Caos y clasicismo: arte en Italia, Francia y Alemania. 1918-1936, comisariada por Kenneth Silver en el Guggenheim y que viajará a Bilbao, con obras de Höch o Sander, entre otros. Y para los que no puedan irse muy lejos -además de las superproducciones de los grandes museos- el otoño guarda sorpresas agradables: Matisse y la Alhambra, un proyecto de Francisco Jarauta; los juguetes de la vanguardia en el Museo Picasso de Málaga, donde se reunirá una colección de marionetas que va a sorprender a muchos; o una expo que, aunque abrirá ya en noviembre en el Macba, me tiene intrigada y con ganas de que inaugure: ¿Estáis listos para la televisión? Hay mucho por ver. Salgo corriendo. Hasta luego.

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