_
_
_
_
Tentaciones
_
Reportaje:MÚSICA

España se enfrenta a sus prejuicios

Nuestra cultura musical tiene una seria laguna. Lo explica mejor que nadie el prestigioso DJ /rupture, con la experiencia que confiere haber vivido años en Madrid y Barcelona antes de fijar su residencia en Nueva York. "Es muy poco frecuente en España escuchar música latinoamericana en los espacios públicos. La última vez que actué en La Casa Encendida (Madrid) puse una cumbia y una chica de Colombia llamó a su madre con el móvil para compartir el momento. Era la primera vez que escuchaba cumbia en el país donde vive". ¿Alguna teoría que explique esta incomunicación sonora con el ámbito latino? "Mi impresión es que los prejuicios contra la música de Sudamérica tienen que ver con los prejuicios contra los sudamericanos. En Madrid y Barcelona apenas se oye música latina, mientras que en Nueva York está en todos sitios", explica.

"Europa tiene amor por las músicas del mundo, pero sufre del gusto por el tópico"

Por suerte, esta tendencia parece estar cambiando. El Guincho ha iniciado su serie Piratas de Sudamérica, donde versiona canciones latinoamericanas. La eterna anglofilia de nuestras revistas musicales se ablanda para hacer hueco a recopilaciones de cumbia o champeta, sabrosos estilos colombianos. Entre los modernos de la capital han triunfado las fiestas llamadas Montaña Sagrada o Campamento Dorado, donde pueden convivir Sonic Youth y un ritmo bailable de Perú. Otra buena noticia es la primera edición del Festival Chico-Trópico, que hoy se celebra en La Casa de América de Madrid. Se trata de difundir el lado experimental de la nueva música latina. Este año está centrado en la cumbia, un género que lleva ya seis décadas mutando por todo el continente.

La estrella del cartel es Dick El Demasiado, un holandés de 56 años con un pie en la vanguardia y otro en el bizarrismo. Su saltarina visión musical parte de un padre empleado de Philips que le paseó por toda Sudamérica. "Tuve 20 mudanzas en mis primeros 20 años", recuerda. También actuarán Los Síquicos Litoraleños, capaces de combinar la tradición latina con el espíritu transgresor de Boredoms o Butthole Surfers. Han llegado a describirles como "los Pink Floyd de los pobres". Completan el cartel Sonido Changorama, especialistas en hipnóticos "recorta y pega", no exentos de comentario social.

Al igual que Rupture, Dick El Demasiado denuncia cierta estrechez de miras. "Europa tiene una imagen de la música latinoamericana que es estirilizante. Hay muchos clichés dando vueltas. Se sueña con Ché Guevara y el Imperio de la Nalga. Como artista, me iría mejor en los países germánicos si tuviera un apellido muy argentino, un bigote descuidado y una remera [camiseta] que haga alusión a alguna idea fija: la cucharita de coca, la ametralladora con marihuana, el gorrito andino… Europa tiene amor por las músicas del mundo, pero sufre de una enfermedad global: el gusto por el tópico. Se busca el gitano balcánico sin un diente, el cubano sudado, la brasileña guapa a contraluz…". El festival Chico-Trópico pretende ampliar esos horizontes.

Dick descubrió la cumbia gracias a la mucama (empleada del hogar), así que me animo a una pregunta directa: ¿la música de los pobres es más divertida? "En algún momento me di cuenta de que el mundo de la mucama era muy distinto a la esquizofrenia de la clase media argentina. Sentí que la cumbia es cariñosa, mientras que el pop prefabricado no lo es, al menos en mi opinión. Los pobres saben que necesitan la música, sin ella no aguantan hasta el día siguiente. Pero, bueno, pobres somos todos, unos en dinero y otros en tranquilidad".

Chico-Trópico se celebra hoy en La Casa de América de Madrid. Sonido Changorama también toca en Barcelona el 15 de septiembre (Sidecar) y 16 (Apolo). Síguenos en nuestro blog

<b>Dick El Demasiado, concentradísimo en su <i>laptop</i> en una actuación en Kioto, buscando un <i>hit</i> tropical con el que poner la pista a <i>culear.</i></b>
Dick El Demasiado, concentradísimo en su laptop en una actuación en Kioto, buscando un hit tropical con el que poner la pista a culear.YOSHITAKA GOTO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_