El pesimismo habitual de Freire

Media docena de ellos, o así, los que piensan que van a ganar el Mundial dentro de un mes, decidieron convertir la Cresta del Gallo, una montañita corta, escarpada, vegetación de repoblación, en las afueras de Murcia, en un examen para comprobar cómo marcha su preparación, así que, animosos, se dispusieron a pelear por la estrecha y empinada cinta de asfalto con los que más que en el Mundial piensan en la general de la Vuelta. Por allí cruzaron sus esfuerzos, alientos, codos y suspiros al ritmo frenético de las pedaladas tremendas de Karpets, los habituales Anton, Nibali, Purito, Fränk, Menchov, Van Garderen, y los sobrevenidos, Gilbert -el hiperactivo belga líder que también es un habitual-, Pozzato, Freire, Hushovd...

Gilbert, Pozzato y Hushovd aprobaron el examen y se dieron por satisfechos, más que ninguno el coloso noruego, quien tras ascender siempre con los primeros -"le vimos tan fuerte que intentamos atacar en el descenso con Pozzato, porque sabíamos que en la llegada no habría nada que hacer", dijo Purito, compañero de equipo del italiano- ganó la etapa con inusitada facilidad, pero Freire llegó diez minutos y medio después, triste, pesimista. "Lo he intentado y no he podido. No puedo respirar bien, tengo la nariz siempre atrancada", dijo el cántabro, que después de un Tour de asfixia se operó de sinusitis a finales de julio. "No sé si ha servido de algo, me siento peor que antes".

Para Freire, que organiza sus temporadas en torno al doble eje San Remo-Mundial (ganó la primera en primavera por tercera vez, el mismo número de Mundiales que lleva), no es apenas consuelo pensar que los rivales que ve en la Vuelta están demasiado fuertes ya a un mes del campeonato. "Ya me gustaría estar como ellos ahora", dijo. "De todas formas, no tiro la toalla, sé que en cuanto respire bien tendré la forma enseguida". El seleccionador español, José Luis de Santos, dará hoy la primera preselección para Australia, 20 hombres de los que saldrá el nueve mundial. Entre ellos estará, sorpresa, el campeón olímpico Samuel Sánchez, que no corre la Vuelta pero que se encuentra fuerte como un toro.