La liberación de la segunda línea
Encabezados por Vázquez, los suplentes refuerzan su autoestima tras verse señalados
La ansiedad salió pronto a flote en los jugadores españoles. A los dos minutos, los árbitros señalaron una falta técnica a Rudy Fernández por protestar. Poco después, el mismo Rudy se encaró con El Khatib con un empujón tras recibir un golpe en la cara, mientras el seleccionador, Sergio Scariolo, pedía calma al alero de Portland, muy revolucionado. Al final del primer cuarto, Marc gritaba en el banquillo tras varios fallos, peleado consigo mismo. Entre el pívot y Navarro fallaron tres de cuatro tiros libres seguidos. Las derrotas contra Francia y Lituania convirtieron un duelo contra Líbano en una cuestión de supervivencia. A España le podía al comienzo la ansiedad por sus errores, por saberse condenada a escalar una montaña a partir de octavos. Como dijo Scariolo, pesaba "el vértigo", las prisas por querer mirar hacia adelante en lugar de al propio encuentro.
El bajo nivel de Líbano permitió que el banquillo anotara más (47) que el cinco inicial (44)
La resistencia libanesa, sin embargo, cayó pronto. Los españoles tuvieron por primera en el torneo algo de paz, y acabaron celebrando la victoria como una especie de liberación. Antes había emergido la segunda línea, inexistente frente a Lituania, para darse un baño de autoestima. Cierto que el rival fue una bicoca, la mejor noticia posible para un conjunto falto de confianza, pero al menos sirvió para que Fran Vázquez, Mumbrú, Claver y Llull sacaran alguna sonrisa. El pívot del Barcelona fue uno de los indultados. Sus mates, sus 15 puntos y ocho rebotes en solo 16 minutos fueron una bocanada de aire nuevo. Aunque Scariolo relativizara luego los números: "No importan las cifras, sino las sensaciones".
Vázquez ha sido un elemento bajo sospecha en el hábitat de la selección. Su ausencia de anteriores citas se interpretó como una colisión con el núcleo duro del grupo. La ausencia del gran referente, Pau Gasol, las derrotas en el Mundial de Turquía y su papel secundario en los encuentros no han ayudado a su integración pese a su gran temporada en el conjunto azulgrana. Tampoco Raúl López, que llegó a última hora; Llull, tras recuperarse de una lesión; y Mumbrú fueron un relevo de garantía a los titulares.
El comienzo de la caída sin freno ante Lituania coincidió cuando Ricky, Navarro y Marc descansaban en el banquillo. Scariolo mantuvo a varios jugadores menos habituales en la pista pese a que una ventaja que parecía más que suficiente menguaba sin parar. "Con 18 puntos de ventaja, quieres que otros jugadores entren en forma", explicaba ayer en Estambul el técnico Moncho Monsalve, hasta el pasado enero seleccionador de Brasil, y 65 veces internacional con España. "Es verdad que el banco ha producido poco. Al equipo le ha faltado pausa, porque tiene talento, y también le ha faltado continuidad y consistencia en la defensa. Los rebotes y las pérdidas, con los tiros libres, son significativos y marcan un partido. Y nadie es Pau Gasol ni Calderón. Aunque a mí nunca me ha gustado el concepto de la ÑBA, sino el de España, que es cuando el equipo ha dado sensación de grupo", comenta Monsalve, que mandó un mensaje de móvil a Scariolo para darle ánimos: "Es un momento difícil, pero saldremos adelante".
El varapalo a Líbano debe servir, dijo el entrenador italiano, "de motivación para el grupo, para no agobiarse". "Para que los jugadores no jueguen a partir de ahora tan presionados. Hay un buen grupo", añadió el preparador. El bajo nivel del rival, un sparring, permitió que entre los jugadores que no fueron titulares sumaran más puntos (47) que el cinco inicial (44). Mumbrú, fallón durante la primera parte, acabó con nueve puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias. Aunque la segunda línea deberá probarse frente a un rival mayor. Las derrotas han eliminado a los equipos más flojos del camino en el Mundial. La selección conocerá hoy las consecuencias de sus fallos.
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