"Ciutadans ha aportado pluralidad"

Albert Rivera (Barcelona, 1979) dejó su trabajo de abogado en La Caixa para liderar Ciutadans en 2006. El partido se focalizó en el antinacionalismo catalán y entró con tres diputados en el Parlament pese a que sus promotores, Albert Boadella, Arcadi Espada y Félix de Azúa, no figuraron en las listas y les han dado la espalda. Rivera ha salido airoso de varias crisis internas -un diputado renunció al escaño y otro abandonó el partido- y ahora repite como candidato.

Pregunta. Han instado a la defensora del pueblo a que recurra el Código de Consumo por multar a los comercios que no rotulen en catalán y comparan la medida con las prohibiciones franquistas. ¿No exagera?

Respuesta. Lamentablemente, no. Lo que hemos comparado es una sanción del año 1939 [muestra un recorte de La Vanguardia] a un comercio por "no redactar anuncios en la lengua nacional". Estamos de acuerdo en defender e incentivar el catalán, pero no en sancionar. Igual ocurre con la universidad. Hay que primar el conocimiento con independencia de la lengua en la que se imparta, abriendo las puertas a profesores de cualquier lugar. Es absurdo poner barreras.

"El nacionalismo es transversal y crea una 'omertá': se aparta al que se opone"

"Hay un pacto de silencio entre PSC y CiU ligado al reparto de poder y de cargos"

P. ¿Qué balance hace de su presencia en la Cámara?

R. Hemos aportado un granito de pluralidad. Había cuestiones en la calle sobre las que nadie hablaba: nacionalismo, economía o los problemas del sistema político. Conseguimos forzar el debate de la Ley Electoral: hablar de limitación de mandatos, de listas abiertas, de primarias...

P. Su mayor protagonismo ha sido por las crisis internas o por rechazar leyes que tenían el consenso de la mayoría. ¿Le duele?

R. En Cataluña el nacionalismo es transversal y eso crea una especie de omertá: se aparta a todo el que se oponga. Sobre las crisis internas, hemos aprendido de los errores. No teníamos experiencia política y hemos hecho autocrítica.

P. ¿Han podido trabajar como pretendían o el día a día de la Cámara lo ha impedido?

R. Con números en la mano, los diputados de Ciutadans hemos sido los que más hemos trabajado en comisiones, en petición de enmiendas... Estoy orgulloso, porque tuvimos que crear el grupo, aprender el reglamento. Pero es cierto que existe la tentación de que la centrifugadora te pueda hacer olvidar por qué has entrado en la Cámara. Puede que por trabajo nos haya pasado, pero se nota algo distinto. Pedimos la comisión de investigación por los casos de corrupción nueve meses antes de que la abrieran.

P. El Centro de Estudios de Opinión les otorga un resultado algo inferior al de 2006. ¿Qué perspectivas tienen?

R. El curso pasado Ciutadans logró aumentar su presencia en el Parlament, en los medios y ganar afiliados. Lo difícil era entrar, ahora hay que crecer. Por primera vez, estaremos en los debates electorales, en los espacios de publicidad oficiales. Somos ambiciosos siendo realistas: mantenernos o ganar un diputado en Barcelona y lograr uno en Tarragona.

P. Ha sido muy crítico con los casos de corrupción y la desafección que origina. ¿El rechazo a los políticos les perjudica o les beneficia?

R. Perjudica a todo aquel que está en un cargo público porque la mancha se extiende. Pero nuestra posición firme ha permitido que ciertas personas hayan agradecido esta firmeza de ser claros y denunciar que la corrupción está en todos los barrios. Hay un pacto de silencio entre la sociovergència ligado al reparto de poder, de cargos y se ocultan los trapos sucios.

P. ¿Cuál será su mensaje más allá del debate identitario?

R. Serán tres aspectos. Uno, la mala situación de Barcelona y Cataluña en la crisis económica de España, cuando tradicionalmente han sido motores. Dos, hacer cumplir la sentencia del Estatuto; nos preocupa que el tripartito y CiU saquen pecho y hagan bandera de no acatar la sentencia. Y tres: plantear la reforma política y administrativa, proponemos una simplificación.

P. ¿Han pensado en pactos?

R. Hablar de pactos estables es muy complicado pero, en cualquier caso, pondremos como condición sine qua non para cualquier apoyo estar dispuesto a hacer la ley electoral, a abrir listas, a acercarse a un ciudadano un voto, a limitar mandatos...

P. ¿Existe alguna posibilidad de que se presente en coalición con Unión Progreso y Democracia de Rosa Díez o lo suyo es como lo de Laporta y Carretero?

R. No tiene mucho que ver. Lo que tenemos claro es que si se tiene que abrir una tercera vía integrada por una masa crítica que aquí no existe, no lo van a hacer ni Ciudadans ni UPyD solos. Tendría que hacerlo una suma de un millón o un millón y medio de votantes.

P. ¿Le volveremos a ver desnudo en los carteles electorales?

R. Nunca se sabe... En 2006 hicimos una campaña potente, pero ahora se trata de vender trabajo. Hemos puesto nuestro grano de arena para abrir el ámbito político catalán. Decimos cosas que otros no dicen y hay que explicarlo.