Pedrosa pone las normas
El de Honda consigue su tercera victoria del año por delante de Spies y un calculador Lorenzo
Dani Pedrosa dejó ayer su huella en Indianápolis. Con una victoria marca de la casa. La tercera del año. Por vez primera. Pues hasta ahora el menudo piloto de Honda no había pasado de dos triunfos por temporada en la categoría reina. Sorprendentemente, perdió posiciones en la salida. Algo poco habitual en él, acostumbrado a dar el hachazo desde la segunda línea de la parrilla antes incluso de la primera curva. Ayer, sin embargo, tuvo que conformarse con ganar solo una posición, la que perdió Jorge Lorenzo, que también se quedó frenado cuando se apagó el semáforo y los motores empezaron a rugir.
Desde la cuarta posición, Pedrosa inició su remontada. Se hizo con Hayden, fácilmente, en la primera vuelta. Y con su compañero de equipo, Dovizioso, en la tercera. Entonces empezó a enlazar una vuelta rápida detrás de otra y cazó a Spies (sexta vuelta), que, aun así, supo aprovechar la pole lograda el sábado. Defendió el estadounidense, el mejor novato de la categoría, campeón mundial de superbike en 2009, su segunda posición como un jabato. Sin cometer errores. Sin bajar sus tiempos. Aunque desde aquel momento nadie pudo con el ritmo vertiginoso de Pedrosa. Feliz en su soledad, a la cabeza del pelotón.
El catalán hizo una mala salida, pero no tardó en remontar posiciones
Lideró la carrera desde la sexta vuelta y ya nadie amenazó su trepidante ritmo
Había vaticinado Lorenzo, tras la sesión de calentamiento por la mañana, que podría rodar a una media 1m 40,5s por vuelta, es decir, a una velocidad, más o menos constante, muy cercana al tiempo con que se logró la pole. Se mostraba confiado el mallorquín porque, aunque solo lideró la tabla de tiempos en la mañana de ayer domingo; aunque se le escapó la pole, que se apuntó Spies; aunque Stoner -se cayó durante la carrera- parecía ir muy rápido el viernes, él se sabía con un ritmo excelente. Desde hace unas cuantas carreras, cuando empezó a acariciar el título mundial, el piloto explica que se deja llevar por sus sensaciones sobre la moto.
De modo que, cuando tiene buenas sensaciones, cuando se ve rápido, con ritmo, no renuncia a nada. En cambio, cuando algo no encaja en sus planes, se ha exigido a sí mismo sacar la calculadora. Como ayer, cuando una mala salida le castigó desde el inicio de la carrera y cuando una elección quizá arriesgada de neumáticos -calzó las gomas intermedias- le hizo sufrir más de lo deseado. Se las vio y se las deseó para remontar posiciones. Había caído a la quinta plaza y tuvo que adelantar a Hayden y, lo más difícil, a Dovizioso. Lo hizo, curiosamente, al emparejarse con el italiano al final de la recta -la Honda es la que tiene mejor velocidad punta de la parrilla- y ganarle el interior en una curva a izquierdas.
Pero no lograba desembarazarse de él. Hasta que lo cazó Rossi a nueve vueltas para el final. Entonces Lorenzo sí pudo pensar en asegurarse la tercera plaza. Porque no conseguía recortar distancias con el segundo: Spies, magnánimo desde la pole, que solo sucumbió ante el arrebatador ímpetu de Pedrosa, el más rápido, el más constante, el más correcto.
En la cuarta posición, un nueve veces campeón del mundo. Era la segunda vez este año que Rossi era la tercera Yamaha, la segunda vez que terminaba por detrás no solo de Lorenzo, sino también del tejano, un piloto de un equipo satélite.
"Todavía soy joven. Estoy aprendiendo", bromeaba el actual campeón del mundo, Valentino Rossi, en la tarde del sábado. Se había caído dos veces, en cada una de las dos sesiones de la jornada. La tercera caída llegó en la mañana de ayer, durante el entrenamiento previo a la prueba. A cuatro minutos para el final, Rossi perdió el control de su moto, que se le fue de delante. Al levantarse, se fue corriendo, espantado, a apagar el motor. Solo disponen de seis motores este 2010 y los pilotos los miman como nunca. Rossi volvió al box y cambio de moto. Más trabajo extra para sus mecánicos, que tuvieron que ponerlo todo en orden otra vez.
La noche anterior un miembro de su equipo explicaba, con humor la velada que les esperaba: "Va a ser una noche larga. Es como si se hubiera estrellado un avión aquí dentro". No están acostumbrados a tanta caída en el taller del italiano. No es habitual en él. Pero está teniendo muchos problemas para encontrarse a gusto de nuevo sobre su M1 tras la lesión de tibia y peroné que le dejó fuera de onda poco más de un mes. "Todavía estoy recuperando las sensaciones con la moto", había reconocido. Ante su extraña falta de feeling sacan las uñas dos españoles brillantes: Pedrosa y Lorenzo, que aún no se ha bajado del podio.
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