Satoshi Kon, maquinador de sueños animados
El creador de dibujos japonés estaba preparando una nueva película
Japón ha perdido esta semana a uno de sus animadores más sobresalientes, Satoshi Kon, consagrado como una de las miradas más originales y agudas del anime nipón en la última década. Kon falleció el 24 de agosto en Tokio a causa de un cáncer de páncreas, a los 46 años. Los médicos lo habían diagnosticado como terminal en mayo, y así lo dejó escrito en su página web (http://konstone.s-kon.net).
Nacido en Kushiro (Hokkaido) el 12 de octubre de 1963, se diplomó a los 24 años en diseño audiovisual por la Universidad de Musashino, barriada tokiota donde más tarde ambientaría su exitosa serie Paranoia agent. Sus primeros trabajos como autor de manga llamaron la atención de Katsuhiro Otomo, célebre dibujante y director de Akira, que le contrató para diseñar los decorados de su película Roujin Z (1991), cosa que también hizo en Patlabor 2 (1993) a las órdenes de otro grande de los dibujos animados japoneses, Mamoru Oshii (Ghost in the shell). Junto a Otomo también participó en los guiones de World apartment horror (1991) -película que luego el propio Kon adaptaría al tebeo- y Memories (1995).
En 1997 debutó como director con Perfect blue, filme libremente adaptado a partir de la novela de Yoshikazu Takeuchi y ambientado en el exorbitante mundillo del star system del pop nipón. Su particular mezcla de realidad y ensoñación llamó la atención dentro y fuera de su país y se convirtió en la principal seña de identidad de Kon.
Millennium actress (2001), en la que vuelve a mezclar lo real y lo virtual para reconstruir las memorias de una veterana actriz de cine, fue estupendamente recibida. Como Tokyo godfathers (2003), ambientada en los círculos de la marginalidad tokiota, una temática inconcebible para el resto de la industria.
Rica imaginería
Kon regresaría a su vertiente más imprevisible y misteriosa con Paranoia agent (2004), un seudothriller televisivo de 13 episodios, y su última película, la enrevesada y onírica Paprika (2006), adaptación de la novela de Yasutaka Tsutsui en la que combina animación en dos y tres dimensiones para dar rienda suelta a su rica imaginería. Paprika, que se proyectó en el Festival de Venecia, está siendo adaptada al cine de acción real por el director Wolfang Petersen. Aunque sus filmes nunca se estrenaron en España en pantalla grande, festivales como Animadrid o el de cine fantástico de Sitges se hicieron eco de su obra. El director de este último, Ángel Sala, trajo a Kon al certamen en 2006.
Kon se hallaba trabajando en su quinta película, Yume miru kikai (La máquina de soñar), que él mismo definió como "una road movie de robots" y cuya producción marchaba bastante avanzada a juzgar por su página web oficial (http://yume-robo.com).
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