El cuscús musical de Hindi Zahra
Compara su música con el cuscús y la paella: "Es una mezcla de todo lo que me gusta. Mucho jazz, blues, soul, también el rock, la música oriental, la africana... Podría mencionar a Tinariwen, James Brown, Ella Fitzgerald, Karen Dalton, Amalia Rodrigues, la Callas, Om Kalsoum... En Marruecos tenemos la suerte de estar abiertos a otras culturas. Nuestra situación geográfica hace que estemos entre Occidente, África y Oriente, en una encrucijada". Tres meses prácticamente encerrada en un apartamento de París que alquiló al igual que el equipo necesario para una grabación en condiciones. En el salón, repleto de instrumentos, se gestó Hand made (Hecho a mano), un primer disco que ella se ha encargado de producir y mezclar. "Salvo 15 días de un viaje a Marruecos, pasé todo el tiempo en mi laboratorio", cuenta. "Tal como quería hacer el disco estuvo bien poder dormir y comer en el mismo espacio en que grababa. Era importante que fuera un lugar de vida".
Una canción como Beautiful tango, que habla del baile de una pareja, existe desde hace cinco años. La cantaba en pequeños clubes parisinos, y ahora, en los festivales europeos. "Cantar ante tanta gente refuerza tu capacidad de entrega. Necesito ese intercambio con la gente porque si no me siento triste", explica. "Nunca espero que me llegue una canción. Y no me planteo 'esta noche debería escribir algo'. Puede comenzar con una letra o una melodía, según me da. Me horrorizan los métodos".
Hindi Zahra nació hace 31 años en Khourigba, en una región de Marruecos conocida por sus yacimientos de fosfatos. Llegó a París en 1991. "Reagrupamiento familiar", dice escuetamente. Su padre, un militar, viajó a Francia y, después, su mujer y sus hijos fueron a reunirse con él. Su primer empleo lo consiguió en el Museo del Louvre. "Vigilaba los cuadros y también los miraba. Lo disfruté. En el Louvre descubrí que la expresión del ser humano es lo que ha dado el saber. Ver que las primeras letras fueron dibujos, que la lengua escrita la transmite el arte, fue una revelación".
De la cultura poética amazigh se dice que se asemeja a los haikus japoneses. "Hay muchas metáforas relacionadas con la naturaleza, que es un ejemplo y una buena transfiguración de las emociones", explica. Su madre era cantante y actriz de teatro, sus tíos, músicos... "Crecí en una atmósfera de creatividad. Aunque luego se trata de una elección, porque, al contrario de mis hermanos y hermanas, yo he querido que la música sea mi vida". En un periódico inglés la definen como una Patti Smith magrebí. "Me gusta mucho. Cuando te diriges a las montañas y te encuentras a las cantantes, con esas voces roncas, casi masculinas, y sus textos comprometidos, te das cuenta de que son rockeras".
Hand made está editado por Blue Note / EMI.
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