Un llamamiento a la unión
Bilbao acoge dos actos para reclamar que todo el mundo taurino reme en la misma dirección
El mundo de los profesionales del toreo no es un ejemplo de unión, y así, los problemas de los últimos meses les han pillado a cada uno por su lado, sin posibilidad de reacción. Pero, como reza el refrán, "no hay mal que por bien no venga", y en esas anda el mundo del toro. Dos focos de atención demostraron ayer en Bilbao que algo se está moviendo en los intestinos de la tauromaquia.
A mediodía, la Diputación de Sevilla presentó en el comedor de Vista Alegre un programa turístico llamado Territorio Toro, destinado a difundir la vida del toro bravo en las ganaderías. Una iniciativa necesaria para organizar visitas a las dehesas donde se cría un animal único. El ex matador Eduardo Dávila Miura puso la voz a un proyecto destinado a clubes, peñas, asociaciones y grupos de aficionados que quieran vivir de cerca otros aspectos de la fiesta.
Dos ases del toreo actual vuelven hoy a encontrarse en el ruedo de Vista Alegre
Después, la reunión se produjo en el Hotel Meliá, al abrigo del centenario del Club Cocherito. A la multitudinaria comida asistió un buen número de protagonistas, con especial mención para los ganaderos premiados durante el casi medio siglo de distinciones entregados por la entidad bilbaína. Los nombres de Miura, Victorino, Fraile, La Quinta o Domecq se entremezclaron con un buen número de autoridades: el alcalde, Iñaki Azkuna, hizo de anfitrión de sus homólogos de Santander, Burgos, Bayona, San Juan de Luz y Burdeos, que quisieron estar presentes en un acto, en el que destacó el cariño de Bilbao a la ganadera vizcaína Dolores Aguirre.
Juan Pedro Domecq, el primero en recibir el galardón, reclamó unión entre los integrantes de la fiesta para defender una pasión que sirve de lazo a quienes allí estaban. Victorino Martín recurrió a su experta voz para solicitar un camino común hacia la promoción de los toros.
Y fue Azkuna quien puso la guinda al mostrar su rotunda intención de no prohibir nada, tampoco los toros. El alcalde recordó su media vida bajo una dictadura cargada de prohibiciones como base para defender la libertad. Eso sí, hizo un guiño a los presentes al pedir que se reduzcan los costes de la fiesta, desde el precio de los toros y el sueldo de los diestros hasta el importe de las entradas.
Nunca están de más las reflexiones, pero bueno sería que los profesionales, empezando por los toreros, diesen un paso para llegar a un sitio común.
En el negro ruedo de Vista Alegre esta tarde vuelven a encontrarse dos ases del toreo actual, El Juli y Manzanares, con una oreja en su zurrón cada uno. Ponce estuvo ayer con ellos y ha hecho escala en Bilbao. El Cocherito ha traído al botxo a los ganaderos más importantes. Lugar hay. ¿Intención? De los actos de ayer, se puede sacar un nombre que reúna al disperso mundo de los toros. Se necesita y hay quien puede hacerlo.
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