Mercadeo en el Gamper

El barcelonismo celebra hoy uno de los actos sociales más importantes de la temporada, el Trofeo Gamper. Habrá la tradicional ofrenda floral en la tumba del ex presidente del club, el congreso de peñas, diferentes actos lúdicos en el Camp Nou, se presentará la plantilla de forma oficial y el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, entregará el trofeo que acredita al Barcelona como campeón de la pasada Liga en un acto que congregará a Joan Laporta y Sandro Rosell en el palco.

A tono con una jornada tan festiva, se ha invitado como adversario a un equipo histórico de la talla del Milan, el mismo que acogió a Ronaldinho después de ser expulsado del Camp Nou en 2008 y al que hoy el Barça procurará vender a Ibrahimovic. Aunque ha perdido gas futbolístico, el conjunto que ahora entrena Massimiliano Allegri y que no ha ganado un solo partido en lo que va de pretemporada, mantiene su glamour.

Más que un torneo para que la afición dictamine si tiene equipo o no para ganar la Liga, como ocurría antes, el Gamper funciona ahora como una jornada para cerrar la plantilla con vistas al próximo curso. Además de encontrar acomodo a Ibrahimovic, al Barcelona le interesa Mascherano, volante argentino que el lunes declinó jugar con el Liverpool ante el Manchester City en la Liga inglesa para forzar su traspaso.

"Buscamos alguien de ese perfil", corroboró ayer Pep Guardiola. "Aunque, además de Busquets, tenemos a Piqué y Oriol Romeu, necesitamos un jugador en esa posición, que preste atención a los movimientos defensivos cuando atacamos y tenga experiencia", insistió el técnico, quien, en contrapartida, resaltó: "Voy sobrado de centrales [citó a Puyol, Piqué, Milito, Abidal, Busquets y a los cuatro del filial: Fontàs, Bartra, Muniesa y Sergi Gómez]". "Un fichaje es como un melón", remachó; "unos salen bien y a otros les cuesta más, pero tenemos mecanismos para que se integren".

Independientemente de las altas y las bajas, Guardiola confía en su plantilla después de la intensidad mostrada en la Supercopa. "Siempre se puede mejorar", afirmó; "el movimiento de los puntas, las salidas del balón o dominar mejor la presión son conceptos que podemos manejar mejor". "El día que vea que no puedo tirar de los jugadores lo dejaré", añadió; "nuestro reto es la humildad y no reparar en el mucho tiempo que llevamos jugando bien". Y acabó: "Será un placer compartir la Liga con Mourinho porque es uno de los mejores entrenadores del mundo y eso nos mejora a todos".