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Crónica:ESPAÑA 85 - EE UU 86
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un duelo maravilloso

A cinco días del inicio del Mundial de Turquía, Estados Unidos vence por un punto a España en un choque apasionante - La selección americana hizo valer su físico y velocidad ante el talento de Navarro y la garra de Marc

Juan Morenilla

El mejor duelo posible, Europa contra América, los campeones del mundo contra los señores de la NBA, acabó como la mejor de las finales, con una victoria de Estados Unidos por un punto frente a España, un ataque fallado en el último segundo, la hinchada volcada y la sensación de que estas dos selecciones están varios cuerpos por encima de cualquiera cuando faltan cinco días para que empiece el Mundial de Turquía. Allí España defenderá la corona ante un conjunto norteamericano sin sus grandes estrellas, pero con una colección de atletas y velocistas difícilmente batible. España combatió con mucho colmillo, sin tirar ninguna alfombra ni regalar un metro.

Los chicos españoles se han acostumbrado a mirar a los ojos a los embajadores de la NBA, sean quienes sean, las primeras espadas o una plantilla B, y las figuras estadounidenses al menos se toman estas cosas más en serio después de muchas bofetadas de los vecinos europeos. Si Estados Unidos hace 16 años que no gana un Mundial es que los dos universos se han acercado tanto que a veces se cambian los papeles. Anoche chocaron en la Caja Mágica dos boxeadores que se buscan y que acumulan cuentas pendientes, algunas rencillas de la NBA y una final olímpica hace dos años que merece un segundo capítulo.

Navarro empató a 80 y Reyes puso a España arriba a falta de minuto y medio
Durant, la estrella de Oklahoma, sumó dentro y fuera, sin respirar un segundo

España tardó medio cuarto en enchufarse y cuando se dio cuenta de lo que tenía enfrente, Estados Unidos volaba por la pista. Pasaron cuatro minutos y medio hasta que el ataque español encontró el primer hueco, un claro entre las torres que Navarro, el mejor estilete, aprovechó para fusilar su primer triple. Hasta entonces la selección se movió a golpes individuales: el dribling de Navarro, el cuerpo a cuerpo de Marc y las penetraciones de Calderón. Balas de fogueo para Estados Unidos, cuya coraza permanecía sin un rasguño.

Scariolo levantó pronto la mano porque daba la impresión de que cada uno hacía la guerra por su cuenta y en Estados Unidos los jugadores se divertían como si estuvieran en el circo, con Durant volando de una canasta a otra y Odom de martillo pilón. Los correcaminos de Krzyzewsky pueden hacer de todo y todo rápido, así que cualquier momento de bajón es una cuchillada segura. El 3-13 inicial dejó a España con el miedo en el cuerpo y a su rival con el cuchillo entre los dientes. Estados Unidos entraba por todos lados, convertida la defensa española en un chollo, y la rival en un muro, muy nerviosos los españoles porque Marc parecía congelado, inmóvil, poco preciso, y Navarro tardaba en arrancar. El rebote era asunto foráneo, de principio a fin.

El primer chispazo español lo puso Ricky, siempre un agitador. Scariolo apuntaló al equipo con Felipe y Mumbrú, que salieron a tapar grietas, y Rubio abrió las ventanas para que entrara aire fresco en sustitución de Calderón. El pase de Ricky a Vázquez en suspensión y por detrás de la espalda encandiló a los hombres de la NBA. El base era el único elemento que Estados Unidos parecía no controlar y España se puso el traje de defender. Ahí estuvo el tapón de Fran Vázquez a Durant para dejar constancia. Claro que cuando Billups y Rose -y eso que no jugó Rondo- pusieron a correr a Estados Unidos, la selección española llegó siempre medio segundo tarde, incapaz de contener a unas flechas que encontraban con facilidad la espalda de sus defensores y que salían al contraataque como motos. En ese terreno España se sintió inferior (22-35, 33-45) porque Estados Unidos tiene una sexta marcha inalcanzable.

Pero cuando a España le fallaron las piernas, sacó el orgullo. Esta selección se ha acostumbrado a bregar con cualquiera, y tipos como Navarro y Marc Gasol no entienden de rendición. El escolta mantuvo en pie a España durante el segundo cuarto, jugó e hizo jugar, no se achantó ante nadie y demostró que frente al músculo, Ricky y él también tienen mucho que decir. Sus malabarismos con el balón marearon a la defensa estadounidense, que se agrietó ante los largos brazos de Rubio y las bombas de Navarro. España dio un golpe de riñón al inicio del tercer cuarto, cuando coincidieron los arreones de Navarro y Ricky, y cuando Marc afinó algo la muñeca y se creció ante Chandler y Durant.

Más difícil de parar la estrella de Oklahoma, que sumó dentro y fuera (25 puntos), sin respirar un segundo, tan pronto afilando la puntería desde la línea de triple como asomando una cabeza por encima del aro para abrochar una contra como un acróbata. Chandler, con su corpachón de perro de presa, fue el malo de la película tras encararse con Marc. Mientras Estados Unidos levantaba el pie del acelerador, Navarro puso a España a un paso (58-63).

El último cuarto tuvo sus gotas del momento Llull, y el típico triple incendiario de Garbajosa para dejar las cosas en un pañuelo (70-74). Los campeones del mundo y de Europa defendían cinco años de partidos amistosos invictos en casa, y sobre todo el orgullo, el prestigio. Ya no valía esconder las armas, guardarse una carta para cuando empiece el Mundial dentro de cinco días. Porque con cuatro puntos de diferencia, Estados Unidos enfrente y una hinchada encima, no hay amistoso que valga. Cualquier victoria cuenta. Así lo entendieron todos, como si aquello fuera la misma final.

El espíritu Gasol -Pau estaba en la grada- bajó hasta Marc, el faro entonces de España. Estados Unidos se cegó en ataque, por primera vez nervioso, y el conjunto de Scariolo se acordó de por qué son los campeones. Navarro empató a 80 y Reyes puso a España por primera vez al mando en todo el partido a falta de minuto y medio. Al cohete de Rose respondió Navarro y el duelo pudo caer de cualquier lado. Pero Ricky y Rudy se estrellaron en la jugada final y Estados Unidos se llevó el primer set. Luego se citaron para volver a verse las caras en Estambul.

Lamar Odom  lucha por el balón con Calderón y en presencia de Felipe Reyes y Fran Vázquez.
Lamar Odom lucha por el balón con Calderón y en presencia de Felipe Reyes y Fran Vázquez.EFE

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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