Empresarios y políticos admiten que Terra Mítica se hizo deprisa y mal
El excesivo tamaño y la mala gestión causaron una sangría económica
Sobredimensionado. Terra Mítica nació con un pecado original. Y los sobrecostes derivados de las prisas, principalmente, así como una gestión más política que profesional hicieron el resto. Estos son los problemas más reconocidos por políticos y empresarios tras diez años de rodaje del parque y cuando la Generalitat, Bancaja y la CAM, sus socios de referencia, la acaban de dejar en manos de la gestión privada para lograr una rentabilidad hasta ahora quimérica. Pero cuando se colocó la primera piedra del parque, el 20 de febrero de 1998, eran los años del boom económico, "una época de esplendor y no dolieron prendas", recuerda un empresario de Benidorm. Aquellos años son ya historia y los nuevos gestores del parque, Aqualandia, ha anunciado un viraje drástico del parque.
Matías Pérez Such, que fue secretario autonómico de Turismo, participó en las primeras reuniones entre los empresarios que pretendían construir un parque en Benidorm, una idea que asumió primero como propia la patronal hotelera Hosbec y después la Generalitat. "Era una demanda empresarial a la que había que darle curso, de eso nadie duda, aunque probablemente el diseño y la dimensión del recinto no fue la más adecuada", reflexiona quien todavía es miembro del consejo de administración de Terra Mítica. En la misma línea, el presidente de Hosbec, Antoni Mayor, cree que se podría haber hecho un parque un 30% más pequeño. La opinión es compartida por otros empresarios. "El diseño que se hizo para acoger más de tres millones de visitantes y las prisas por terminarlo abocaron a una carrera inversora disparatada", aporta una fuente próxima a las negociaciones para levantar el parque. También hay coincidencia al lamentar a falta de un gestor profesional.
Terra Mítica fue un empeño del entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que inició su carrera política en Benidorm. En agosto de 1992 un gran incendio intencionado arrasó con 450 hectáreas de masa forestal y sería en parte de esa zona y en otros centenares de hectáreas de monte bajo y matorral donde se planteó el parque. La Generalitat expropió 10 millones de metros cuadrados en Benidorm y Finestrat para la Sociedad Parque Temático de Alicante, SA, creada en 1996
El accionariado original de Terra Mítica lo conformaron la Generalitat (14,86%), la CAM y Bancaja, con un 15% cada una, las cajas rurales (10%) y el 45% restante se lo repartieron empresarios valencianos como José Lladró, el naviero Javier Cremades, el promotor inmobiliario Andrés Ballester, la patronal textil, Aumar, así como hoteleros y otros empresarios de Benidorm. Reunieron 120 millones de capital social, aunque la inversión final fue de unos 460 millones.
La construcción fue un camino plagado de despilfarro y sospechas de malversación de fondos públicos, amén de servir como agencia de colocación de familiares, amigos y conocidos de los principales políticos populares valencianos. El parque se dimensionó para recibir 10.000 visitas diarias en temporada alta y entre 3 y 3,5 millones a lo largo del año. Pero desde el inicio incumplió sus previsiones y ya en la primera temporada (abrió en julio de 2000) apenas superó las 2.700 visitas al día. La facturación siempre estuvo lejos de los 90 millones anuales anunciados.
El descalabro económico obligó a buscar socio tecnológico. Entre octubre de 2001 y finales de 2003, Paramount se hizo con la gestión. Otro fiasco abocado a la rescisión, que costó 12 millones más. A finales de 2002 la deuda era de 240 millones. Ese año la empresa facturó 43,5 millones y, aún así, perdió 34,4 millones. En 2009 el volumen de negocio cayó hasta los 17,9 millones, frente a los 24,3 de 2008.
Los accionistas de referencia tuvieron que afrontar una ampliación de capital de 110 millones en 2003 y una suspensión de pagos entre 2004 y 2005, con un pasivo de 218 millones y pérdidas operativas por 120 millones. Una operación acordeón de reducción y ampliación de capital, la aceptación de una quita del 50% de la deuda y la venta del suelo de reserva del parque a Enrique Ortiz por 85 millones permitieron superar el bache y que el parque se jactara de tener beneficios operativos en 2006 y 2007.
Fue un espejismo. Agotado el líquido, Terra Mítica volvió a perder 15 millones y un 10% de visitantes en 2008. Y el año pasado, la CAM y Bancaja desembolsaron tres millones cada una sólo para abrir las puertas en primavera. Ese ejercicio cerró con 16,4 millones de pérdidas.
"Los dos directores generales que más tiempo han gestionado el parque, Miguel Navarro y John Fitzgerald, han vivido de espaldas a Benidorm. Aunque ya se habían dado pasos para integrar el parque en la ciudad, eso no volverá a pasar con los nuevos gestores de Aqualandia", defiende una fuente política. Aqualandia, de hecho, ya está dando pasos para acercar el parque a Benidorm. Una de las tres nuevas áreas que proyecta en el parque es un espacio para la tercera edad y Benidorm cuenta con 200.000 plazas del Imserso. Los nuevos gestores están avalados por el éxito de sus dos parques, Aqualandia y Mundomar, con 900.000 visitantes anuales, casi el doble que Terra Mítica.
Gema Amor, directora del Patronato Provincial de Turismo, defiende que con los nuevos gestores Terra Mítica "levantará el vuelo". La que fuera directora de la Sociedad Parque Temático de Alicante reconoce el poco éxito de la gestión: "Seguramente no hemos acertado hasta ahora en la elección de la mejor gestión". Pero defiende la idea inicial: "La necesidad de levantar Terra Mítica en su momento y la viabilidad en el futuro está fuera de dudas".
Los nuevos gestores confían en elevar las visitas hasta 1,2 millones y no perder dinero desde el primer año. Por eso cerrarán seis meses para hacer obras, invertirán 15 millones en tres años y reestructurarán la plantilla, ahora de más de 600 personas. Luego lo comprarán.
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