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Reportaje:literatura

La lealtad, mi única guía, por Esperanza Aguirre

Es sabido que solo los grandes líderes pueden presumir de leales servidores. Aquiles con Patroclo, El Quijote con Sancho Panza, Hamlet con Horacio y, en nuestros tiempos, el admirable caso de Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. Pero muchas barreras han tenido que caer y muchas murallas desmoronarse para hacer posible que la autora nos cuente, con conmovedora sinceridad, el áspero camino que ha recorrido hasta llegar a la revelación: "Él es la salvación, a su poderío me encomiendo", reza una de las frases clave en la larga travesía, cuando ya casi ha alcanzado la cima.

Preocupada por sí misma, atenta solo a su carrera, sin mirar a derecha e izquierda, sobre todo a la izquierda, confiesa Aguirre que su vida era un canto a la insatisfacción. Ni los cargos tan importantes que obtenía ni los cadáveres de los enemigos que caían a sus pies, despedazados por sus garras, llegaban a tranquilizarla. Apenas si aportaba un rayo de luz a sus oscuras tardes un compañero de partido, de nombre Alberto, aficionado a perder todas las batallas que emprendía contra ella.

Pero un buen día cayó en su poder un librito, El crisol de la lealtad, del duque de Rivas, y su vida dio un giro de 180 grados, cegada por una sola palabra que no se borraba de su cerebro: lealtad, lealtad, lealtad. Pronto leyó algunas vidas ejemplares que destacaban, por encima de otras, esa gran virtud: Menéndez Pelayo y el elogio de Sancho II y el Cid; La lealtad contra la envidia, de Tirso, o su preferida, la historia de Bertrand du Guesclin, que apuñaló a Pedro I por los resquicios de la malla para sellar su lealtad a Enrique de Trastámara. "Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor", dijo. Aguirre descubre entonces un nuevo mundo y, rendida, proclama ese "Él es la salvación...", que citábamos arriba.

¿Tiene hoy acaso Mariano Rajoy colaboradora más fiel? ¿Ayuda más efectiva? ¿Cabe vacilación ante tanta entrega, tanta fidelidad? ¿Puede dudar, por ejemplo, de qué axila o entrepierna elegiría Esperanza Aguirre, la de Enrique o la de Pedro, viéndose de Du Glesclin?

Rajoy nunca deja desnudas partes tan sensibles.

Edita: Club de las Duquesas Muy, Muy Liberales, SA.

Ilustración de Esperanza Aguirre
Ilustración de Esperanza AguirreSCIAMMARELLA

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