La Copa y la informática
Hay un nuevo negocio callejero en la Puerta del Sol. Una mesita cubierta con una tela roja y gualda. Una réplica de la Copa del Mundo posada lustrosa sobre la mesita. Debajo, una cajita para las monedas y lado, una chica tocada con sombrero andaluz animando a los transeúntes a fotografiarse con el trofeo. "No les pido directamente el dinero, pero casi todos dejan algo" explica Alett Pinedo, la chica.
Cuando la selección española ganó el Mundial de fútbol surgió el debate sobre los posibles efectos vigorizantes para nuestra economía. Pinedo, de 32 años, lleva dos semanas explotando el filón. Está en Madrid "de vacaciones". Cuando acabe el verano volverá a México, a su trabajo "de informática". Saca de 60 a 70 euros al día, pero lo tiene que repartir con "un amigo", que es quien le dio la idea.
Ella quería algo más clásico, una estatua humana. Se imaginaba pintada toda ella de dorado sujetando con sus brazos alzados la Copa. Su amigo le convenció y, en comparación con el resto de estatuas de la plaza, es un negocio rentable.
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