La rebelión de Squillaci
El central del Sevilla se negó a jugar en Braga tras recibir una oferta del Arsenal
De Braga se trajo el Sevilla algo más que una peligrosa derrota por 1-0 en la previa de la Champions. El técnico, Antonio Álvarez, se encontró de sopetón con la negativa a jugar el partido ante el Sporting del defensa francés Sébastien Squillaci. El motivo, una suculenta oferta por tres temporadas que le ha hecho el Arsenal, dirigido por su compatriota Arsène Wenger. Jugar un solo minuto en el duelo ante el equipo luso hubiera frustrado la intención del jugador, de 30 años, de poner un magnífico colofón a su carrera en el poderoso equipo inglés.
La negativa del futbolista se gestó después de que el director deportivo, Monchi, recibiera una llamada de su agente comentándole la oferta del Arsenal tres horas antes del inicio del partido. El director deportivo, tras hablar con el entrenador ("con el jugador hablas tú", le dijo el técnico), acudió a la habitación de Squillaci, quien le comunicó, ni corto ni perezoso, que se negaba a disputar el partido. La decisión del francés no sentó nada bien en el cuerpo técnico, que no entendía cómo no había informado antes del viaje de la propuesta del Arsenal. De hacerlo, no hubiera sido incluido dentro de la lista de convocados.
Amotinado francés en el Mundial, le dijo a Monchi en el hotel que no saldría al campo
De camino al estadio, los dirigentes del Sevilla encajaron mal la conducta del futbolista, que, según algunos testigos, incluso realizó comentarios despectivos sobre la forma en la que juega el Sevilla de la mano de Álvarez. Ya en el vestuario, lo primero que hizo el técnico fue comunicarle a los futbolistas que había un compañero que no quería jugar el partido por tener una oferta de otro equipo.
Algunos de ellos se molestaron con la situación. Hubo caras destempladas por el oscurantismo de Squillaci y, de puertas hacia adentro, no se entendió cómo podía borrarse de un partido tan importante para el futuro de la entidad. Aun así, y tras momentos de tensión, los futbolistas se centraron en afrontar el duelo ante el Braga. En el regreso de Portugal, con el francés escondido de la prensa, el malestar se acrecentó con la derrota.
Ahora, el Sevilla se ve en la tesitura de aceptar una primera oferta del Arsenal que, según el director deportivo, Monchi, es insuficiente, o bien quedarse con un futbolista que ha perdido la confianza del cuerpo técnico y de sus compañeros. Eso sí, Squillaci se salió con la suya en el primer envite, ya que no jugó. Álvarez, consciente de los intereses del propio club, que puede beneficiarse de un buen traspaso, no lo vistió a pesar de que su actitud le molestó bastante.
En los últimos tiempos es costumbre que muchos futbolistas fuercen su traspaso con actos de rebeldía. Y en Sevilla no es la primera vez que se vive una situación de estas características. En agosto de 2007, Daniel Alves, con una suculenta oferta del Chelsea, se negó a jugar la previa de la Liga de Campeones, entonces ante el AEK de Atenas. Juande Ramos era el entrenador. El Sevilla no aceptó la proposición del equipo inglés y Alves continuó un año. Al verano siguiente sí fue traspasado al Barça.
Squillaci, que hasta el momento había sido un futbolista que no había dado ni un problema, fue convocado por Francia para el pasado Mundial y, como sus compañeros, se negó a participar en un entrenamiento de su selección como respuesta a la expulsión de Anelka por parte de la Federación de su país.
Lo que no se entiende es que el mercado de fichajes cierre el 31 de agosto y organismos como la UEFA impidan a un futbolista que disputa la previa de Champions con un equipo jugar luego con otro la fase de grupos cuando esa previa se celebra en periodo de fichajes.
Un escenario distinto se dibujó para el otro central internacional por Francia, Nicolas Escudé. Por sorpresa, el Sevilla anunció ayer su renovación hasta 2013. La derrota ante el Braga, si bien reversible, ha provocado dudas. El equipo se juega mucho con su clasificación para la fase de grupos de la Champions (un 20% del presupuesto, según el presidente Del Nido) y afronta mañana la vuelta de la final de la Supercopa ante el Barça (3-1 para el Sevilla en la ida) mientras mira de reojo la decisiva vuelta europea.
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