Otras formas de ver el mismo Madrid
Neones, escenarios cinematográficos y tascas ilustres marcan itinerarios alternativos para recorrer la ciudad
Hay otro Madrid que se aparta de la estereotipada visión turística. Así lo creía el artista multidisciplinar vitoriano Iñaki Larrimbe cuando propuso la iniciativa Unoficial Tourism (www.unofficialtourism.com) incluida en la última edición de Madrid Abierto, convocatoria de Matadero que invita a los ciudadanos a presentar proyectos artísticos que tengan a la capital como contexto. "Se trata de ofrecer una alternativa a esos reclamos turísticos que son los grandes centros culturales, otras narrativas de la ciudad más cercanas al ciudadano", explica Larrimbe, que escogió como cómplices a artistas, periodistas y colectivos relacionados con el underground madrileño para diseñar estas otras formas de visitar la urbe. Hay para todos los gustos. "Lo bonito", dice el artífice, Iñaki Larrimbe, "es que, además de las propuestas, cada uno se cree su propio plano, aquello que vaya con sus gustos y no coincida con lo que proponen las guías de viajes".
- Luminosos de neón. Algunos vienen rápidamente a la mente: el rótulo de Schweppes en Callao, o los del cine Capitol, el hotel Palace o el Tío Pepe en la Puerta del Sol. Pero el dibujante Mauro Entrialgo y la periodista Adriana Herreros también se adentraron por las callejuelas del centro en busca de otras joyas luminosas: el rótulo del bar rockero El Templo del Gato (Trujillos, 7), la zapatería Shoes Tacones (Preciados, 21) o el American Sexshop (Montera, 13) que ilumina de azul y rosa la calle Montera. "Nos llaman la atención los neones", explica Entrialgo, "porque son algo en lo que nadie se fija hasta que desaparecen". Respecto a las normativas municipales que pretenden suprimirlos -salvo indultos-, añade: "Existe una tendencia institucional a hacer normas sobre todo, incluso sobre cuestiones estéticas. El resultado: ciudades grises y uniformes".
- Arte urbano. Las calles de la ciudad también pueden ser un museo si uno está lo suficientemente atento. El artista urbano y bloguero Guillermo de la Madrid propone algunos lugares dignos de visitar: la colorida fachada del bar popero Tupperware (Corredera Alta de San Pablo, 26), el antiguo prostíbulo La Maison de la Lanterne Rouge (Ballesta, 4) o algunos de los diapasones con los que el arista Eltono decora los rincones de Lavapiés. Las paredes de Madrid están llenas de arte asilvestrado.
- Madrid y el cine. "Madrid es una ciudad muy cinematográfica y, además, muy agradecida: hasta las partes feas dan bien en pantalla", dice la guionista Jimena Sabadú. Por eso recopiló algunas localizaciones de películas conocidas que, además, tuviesen un valor añadido: por ejemplo, el Museo de Ciencias Naturales (calle de José Gutiérrez Abascal, 2), donde tiene lugar uno de los alocados números musicales de Al otro lado de la cama, de Emilio Martínez Lázaro, o el bar El Oso y el Madroño (calle de la Bolsa, 4), donde ocurre el final de La comunidad de Álex de la Iglesia. También lugares de encuentro de varias generaciones de cineastas, como el Café Gijón (paseo de Recoletos, 21) o la casa de comidas El Bocho (San Roque, 18).
- Máquinas recreativas. John Tones, periodista especializado en videojuegos, es un nostálgico de las salas de máquinas recreativas y propone un recorrido por lugares donde aún se pueden encontrar viejos pinballs, como el Salón Cañapark (Manuel Becerra, 15), Sideral Club (San Joaquín, 9) o Sol Park (Mayor, 1). "La situación es preocupante: casi no quedan salas de videojuegos y las que quedan están siendo sustituidas por salas de apuestas o de tragaperras", se queja.
- Tabernas centenarias. La capital española es ciudad de viejas tabernas. "Es Madrid ciudad bravía, que entre antiguas y modernas, tiene 3.000 tabernas y una sola librería", recuerda el fotógrafo Santi Otxoa que decían los cronistas de la ciudad en torno al año 1600. La Ardosa (Colón, 12), Lhardy (Carrera de San Jerónimo, 8) o Casa Labra (Tetuán, 12), en la que se fundó de forma clandestina el PSOE en 1879, son algunas de sus propuestas.
- La Cañada Real. Es un antiguo camino de trashumancia que ahora alberga alrededor de 40.000 almas. En los años setenta empezaron a edificarse pequeñas casas de campo que ahora conviven con infraviviendas chabolistas, formando un complejo y polémico núcleo urbano. También allí la iglesia de Santo Domingo de la Calzada -parroquia vinculada a san Carlos Borromeo, de Vallecas- convive con mezquitas en el sector 5 y 6, y el mercado de droga, a la entrada del camino de Valdemíngomez, con la planta de tratamiento de residuos sólidos y el PAU de los Berrocales. Una curiosa mezcla que explora el colectivo crítico Todo por la praxis.
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